El Malbrán adquirió la primera máquina de América Latina en monitorear mutaciones del Covid-19

NovaSeq es capaz de diagnosticar resultados positivos de coronavirus con mayor precisión, ya que tiene una sensibilidad del 99,7%, así como también medir la efectividad de las vacunas contra las distintas cepas.

El equipamiento fue comprado por 992.600 dólares a Ilumina, una empresa estadounidense.
El equipamiento fue comprado por 992.600 dólares a Ilumina, una empresa estadounidense.

NovaSeq es una máquina de última generación capaz de procesar las mutaciones del coronavirus. El Instituto Malbrán la acaba de adquirir, convirtiendo así a la Argentina en el primer y único país de América Latina, hasta el momento, en tenerla.

Según explicó el Gobierno, puede analizar 6.000 muestras por semana, a diferencia de los aparatos actuales que permiten procesar unas 300 en el mismo período de tiempo.

Gracias a NovaSeq, se podrá determinar 20 veces más si en las muestras de Covid-19 hay nuevas mutaciones o algunas de las que ya están presentes en otros países.

Por otro lado, la máquina es capaz de diagnosticar resultados positivos de coronavirus, ya que tiene una sensibilidad del 99,7%. De esta manera, las chances de que hayan falsos positivos es menor.

Puede analizar 6.000 muestras por semana, a diferencia de los aparatos actuales que procesan unas 300 en el mismo período de tiempo.
Puede analizar 6.000 muestras por semana, a diferencia de los aparatos actuales que procesan unas 300 en el mismo período de tiempo.

Asimismo, NovaSeq puede analizar la efectividad de las vacunas contra las distintas cepas del coronavirus. Por el momento, se hallaron en el país las variantes provenientes de Río de Janeiro (Brasil) y Reino Unido. Por otro lado, a nivel globa, hay otras tres, que también se propagan: la de Manaos (Brasil) y la de California (Estados Unidos).

Además de vigilar la efectividad de las vacunas a partir de las mutaciones que aparezcan, detectar las nuevas cepas resulta clave para determinar, por ejemplo, la causa del crecimiento de los contagios, ya que las mismas pueden responder a un relajamiento de las medidas de prevención o a la aparición de una variante que posee mayor transmisibilidad.

El equipamiento fue comprado por 992.600 dólares a Ilumina, una empresa estadounidense con base en San Diego. Pesa alrededor de 600 kilos y su tamaño es parecido al de un cajero automático.

Por otra parte, el secuenciador fue instalado en la Unidad de Contención Biológica del Instituto Malbrán. Allí, además de tener un lugar especial para que nunca le falte electricidad, tiene la temperatura indicada. A su vez, es donde los científicos se preparan para analizar los tests.