Teatro a la luz del sol

Lo que parecía impensado hace unos años, hoy es una tendencia instalada y masiva en el teatro alternativo. Ante la gran oferta de obras, las salas abren de lunes a lunes y desde la mañana.

Javier Firpo
jfirpo@larazon.com.ar

Hasta hace poco tiempo, ¿quién hubiera imaginado planear una salida teatral a las doce del mediodía de un domingo? Nadie. Tampoco a la una de la tarde de un viernes y mucho menos a las tres de un sábado, franjas horarias tan impensadas como irrisorias para ver teatro. Pero también en el mundo de las tablas los cambios son radicales y lo que a priori podía ser un delirio, desde este año, gracias la pujanza del circuito off, se está instalando una tendencia incontenible y masiva, que pasa por abrir las las salas de lunes a lunes y desde la mañana hasta la medianoche.

La idea asomó tímidamente hace dos años, cuando el director Guillermo Cacace desestructuró con la obra “Mi hijo sólo camina un poco más lento”, en horario matutino de sábado y domingo. “Creo que nuestros colegas advirtieron que la gente busca alternativas en todo: en las propuestas, en las poéticas, en los espacios y por qué no en los horarios. Nuestra idea apuntó a que se trataba de un momento del día en el que nuestros cuerpos, los de los actores y los de los espectadores, se percibían más porosos, más vulnerables, sin la carga de asuntos que van blindando el cuerpo durante el día”, ilustra el también director de “Mirjana”, que se exhibe los sábados y domingos, a las 15.30, en el Picadero. Daniel Veronese, de alguna manera, fue uno de los pioneros en imponer el día lunes como jornada teatral, allá por 2001, cuando sorprendió con “Open House”. “Me encantan los formatos no habituales. Soy un degustador y un practicante, y es una posibilidad que surge por ofrecer respuestas a un público que quiere atravesar por la ‘descabellada’ vivencia de entrar a una sala de día”, expresa.

Julieta Cayetina, que forma parte de “La fiesta del viejo” (domingos, al mediodía, Espacio Callejón) cree que “se está dando un efecto contagioso: uno se anima y funciona, el otro observa y se manda. A veces funciona, a veces no. A nosotros nos encanta actuar los domingos al mediodía. Se genera algo muy distinto a una noche de fin de semana. La verdad es que los que hacemos teatro estamos siempre buscando la manera de modificarnos”.

Nelson Valente, director de “El loco y la camisa”, está a favor de la multiplicidad y opina que “esta flexibilidad es propiedad del off. No me imagino al circuito comercial haciendo obras a las dos de la tarde de un sábado o domingo. Quizás es un preconcepto, pero allí hay mayor rigidez”. Paula Marull es una conocedora de los movimientos del off y considera “una modalidad muy interesante la de ir al teatro en horarios atípicos tanto para el actor como para el público. Con ‘Hidalgo’, por ejemplo, haciendo funciones los viernes a las 12 del mediodía notamos que la energía que uno tiene como actor es muy distinta a la de actuar de noche, con el peso de todo el día encima. Entrar al teatro a esa hora es una sensación muy diferente y estimulante. A mí me enriqueció y me sorprendió. Lo recomiendo”.

Este boom de horarios diurnos consolidó al circuito alternativo, que incrementó su caudal de espectadores en 2017. ¿Tomará cartas en el asunto el sector comercial? Carlos Rottemberg, el gran productor de la calle Corrientes, advierte que “en el comercial nos movemos con convenios colectivos de trabajo y con varios gremios, donde los horarios habituales son desde las 18.30 hasta la 1.15. En general los profesionales tienen otros trabajos fuera de esas horas y, además, los actores protagónicos tampoco son exclusivos para la actividad teatral. Si a eso le sumamos lo difícil que es llegar para el gran público en día hábil al centro, contra lo que puede ser la necesidad de solo una veintena de espectadores en una sala barrial, no imagino por mucho tiempo un cambio dinámico al respecto”. Casi como si le respondiera, Sebastián Blutrach, dueño de El Picadero, hace foco en la necesidad de que “las salas estén ocupadas la mayor cantidad de horas por día, porque los gastos aumentaron exponencialmente y no así los ingresos. De a poco se irá ensanchando esa mancha horaria y salpicará a los teatros de la calle Corrientes. Siento que si el espectáculo convoca, sortea cualquier obstáculo”. Así es: el teatro off sie