Rumbos
Mary Barton II, por Cristina Bajo
Al atravesar la cocina, una de las sirvientas se apiadó del hombre harapiento y le pasó a escondidas un pan con un gran trozo de carne adentro.
Al atravesar la cocina, una de las sirvientas se apiadó del hombre harapiento y le pasó a escondidas un pan con un gran trozo de carne adentro.
Mrs. Gaskell describe con igual naturalidad la estremecedora pobreza de los obreros y la opulencia de la otra Inglaterra, la imperial.
Para fines del Siglo XVI, en Córdoba ya se leían varios best-sellers de la época, como el Cantar de mio Cid y el Guzmán de Alfarache.
Felipe II sentía gran afecto por los enanos de su corte y les escribía a sus hijas contándoles sobre sus paseos y charlas.
El arrope puede prepararse casi con cualquier fruto de nuestras provincias: chañar, mistol, higos, tunas, moras, uvas...
Sor María Javiera murió en 1922, dejando inconcluso el libro sobre el Monasterio Santa Catalina de Siena, al que dedicó su vida.
En nuestro folclore, las eternas disputas entre entidades benignas y malignas persiguen el equilibrio del cosmos.
Mientras contemplo en la computadora las últimas frases que escribí, aún me parece viajar por los mapas que tuve que consultar.
Siempre que sea posible prefiero curarme a través de métodos naturales, sin negar el mérito de los remedios farmacéuticos.
Pilar y Mbareté se enamoraron: escondidos en la selva, ella le recitaba poemas y él le contaba leyendas de guerreros-jaguares.
Disfrutemos de una comida con gente querida allí donde estemos: en las sierras, el camping de playa o en las cataratas del Iguazú.
Nada mejor que comenzar el año leyendo libros que nos pongan de buen humor y expresen que la vida no es tan mala.
Años después de esas aventuras, me casé y tuve hijos. Y diciembre volvió a tener el sentido de mis navidades de la infancia.
Compremos frutas y verduras de estación: son más baratas y contienen las vitaminas que necesitamos.
La gardenia, de flores perfumadas y siempre blancas, representa la presencia de un amor secreto.
Desde el origen de los tiempos, el ser humano le ha adjudicado a las piedras un carácter sagrado o mágico.
Este pueblo interpretaba el futuro echando mano a un sistema de adivinación al que llamaban Ifá.
Las diosas más populares son Yemanyá, dueña del mar; y Oshún, una especie de Venus africana.
Aquel poema lo leí el día que nació mi hijo Gustavo, luego extravié el libro y hasta hoy no había podido dar con él.
Los sueños tienen tal fuerza psíquica, que es imposible ignorarlos. Son mensajes de nuestro inconsciente.