Un miércoles frenético vivieron los concejales rosarinos que tras prestar juramento, negociaron largamente para designar las nuevas autoridades. Finalmente el intendente electo, Pablo Javkin, logró imponer a la radical María Eugenia Schmuck al frente del cuerpo legislativo. Malestar en el peronismo y fractura en Cambiemos.
Luego de dos periodos consecutivos, Alejandro Roselló dejó de ser presidente del Concejo Municipal y en su lugar fue designada Schmuck, que obtuvo 20 votos contra cinco del edil de Cambiemos. Para eso debió encolumnar a los ocho ediles del Frente Progresista y a los cuatro de Ciudad Futura, a tres del peronismo (Fernanda Gigliani, Mariana Magnani y Andrés Giménez), y a Ariel Cozzoni.
Pero lo que terminó de inclinar la balanza fueron las cuatro voluntades de Roy López Molina, Agapito Blanco, Renata Ghilotti y Marcelo Megna, que llevaron a la fractura del bloque de Cambiemos (del otro lado quedaron pesos pesados como el propio Roselló y Daniela León).
A cambio, se acordó que López Molina obtenga la vicepresidencia primera del cuerpo. Muy heridos quedaron en el peronismo, que reclamaban la presidencia para su bloque (Norma López y Eduardo Toniolli eran los que reunían más voluntades) y tomaron como una traición el voto de La Cámpora al oficialismo. De hecho hubo algún llamado al perottismo.
Además, consideraron que se "incumplieron acuerdos históricos" al dejar al PJ afuera de los dos principales cargos. Sólo obtuvieron la vicepresidencia segunda, que quedó en manos de Mariana Magnani.