Horas de incertidumbre y el mundo vilo para saber quién era el nuevo elegido por los 133 Cardenales presentes dentro del Vaticano para elegir al nuevo Papa. Miles de fieles en la plaza y finalmente, luego de la fumata, inmediatamente comenzó la ceremonia para presentar a Robert Prevost.

En el marco de su asunción, la organización SNAP (Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes, por sus siglas en inglés), dedicada a recopilar casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y apoyar a las víctimas, acusó a León XIV de “encubrir casos de abuso mientras fue obispo en Perú”.
El grupo emitió un comunicado poco después de la primera aparición pública del Pontífice, en el que denuncian que, primero como provincial de los agustinos y luego como obispo de Chiclayo (Perú), “León XIV fue consciente de abusos y no actuó adecuadamente para enfrentarlos”.
El comunicado de SNAP señala que, en su rol de provincial de los agustinos, “permitió que un sacerdote acusado de abusar de menores, y cuya actividad pastoral había sido restringida desde 1991, residiera en el convento agustino St. John Stone en Chicago (EE.UU) en el año 2000, a pesar de su proximidad a una escuela primaria católica”.
Además, la organización señala que, cuando el estadounidense fue obispo de Chiclayo, tres víctimas presentaron denuncias ante las autoridades civiles en 2022, después de no ver avances en sus casos dentro de la diócesis.
Según reveló el programa periodístico Cuarto Poder, el sacerdote señalado por los abusos habría admitido los cargos, pero, pese a ello, Prevost no habría tomado medidas contundentes. Dos de las víctimas brindaron su testimonio de forma anónima por temor a represalias.
Los principales testimonios del caso de abuso
Ana María Quispe, exintegrante del grupo Infancia Misionera, relató al dominical una dolorosa experiencia que vivió a los 9 años dentro de una casa parroquial. “Era el cumpleaños del padre Eleuterio (Vásquez Gonzales). Mi mamá le preparó un queque y me dijo ‘anda, llévale’. El padre no estaba, abrió la puerta Ricardo Yesquen (otro cura). Él me sentó en sus piernas y empezó a besarme”, dijo.
Más adelante, recordó otro episodio traumático: “Se acuesta y me abraza, me coge con sus brazos y con sus piernas. Me quedé helada, no dormí nada. Después de unas horas, me levanté a vomitar”, señaló. La víctima aseguró que estos abusos fueron comunicados, en ese momento, al obispo de Chiclayo, Robert Prevost, quien hoy en día ocupa un cargo de gran peso dentro del Vaticano.

Actualmente, el Papa elegido mantiene archivadas las denuncias desde 2022. Otra sobreviviente, excatequista, relató que sufrió abusos a los 11 años en una misión de Cueva Blanca. “Me dijo ‘lleva algo para abrigarte’ (...) acomodé la cama y (...) siento que empieza a abrazarme por debajo del polo, tocándome la espalda”, describió, y contó que el accionar prosiguió durante toda la madrugada.
Aunque se reconocieron los abusos ante Prevost, el agresor únicamente fue trasladado a otra parroquia. Si bien estas denuncias no prescriben, para avanzar la Iglesia debería nombrar un abogado canónico, un requisito que hasta ahora se le ha negado a las tres sobrevivientes. Ellas llegaron a impulsarlo a través de una vía legal, pero esa acción fue finalmente anulada por un comunicado oficial.