Por qué se generan incendios forestales y cómo se los combate

En diálogo con Vía País, Sergio Federovisky, viceministro del Ministerio de Ambiente, explicó la problemática, como combatirla y las consecuencias que trae a nivel ecológico. También, sostuvo la importancia de una Ley de Humedales.

Incendio forestal.
Incendio forestal. Foto: Prensa

Un incendio forestal es un fuego descontrolado de rápida propagación que afecta a bosques, llanuras, pastizales y pasturas. En la Argentina, los incendios forestales se producen en las diferentes regiones y provincias de acuerdo a la época del año.

Los incendios forestales son fuegos descontrolados de rápida propagación que afectan a bosques, llanuras, pastizales y pasturas.
Los incendios forestales son fuegos descontrolados de rápida propagación que afectan a bosques, llanuras, pastizales y pasturas. Foto: Web

Sergio Federovisky, viceministro del Ministerio de Ambiente, explicó que las consecuencias ecológicas, económicas y sociales de los incendios dependen de los espacios afectados: “A nivel ecológico las consecuencias son siempre graves, pero son diferentes según el espacio o los ecosistemas en el cual se produzcan, no es lo mismo sobre un bosque nativo en la Patagonia que un incendio sobre un pastizal en la zona del delta y todos ellos tienen consecuencias ambientales serias que los diferencian.”

Agregó también que, “A nivel económico y a nivel social también está relacionado con el ámbito donde se producen los incendios. En general, está vinculado con pérdidas de bienes en los que se conocen como incendios de interfase, donde la naturaleza está asociada con los espacios urbanizados o habitados y las consecuencias económicas son muy difíciles de establecer previamente y hay que medirlas en función de cuál es el daño que se produce”.

Casi siempre se trata de fuegos no programados o programados y no controlados, que afectan de diversas formas a las tierras forestales, como recurso protector, económico o recreativo. Estas tierras están definidas como tales en la Ley Nacional 13273 de Defensa de la Riqueza Forestal.

Desde el Ministerio de Seguridad, se explica que entre los meses de diciembre a marzo, las provincias del sur tienen un mayor riesgo de incendios forestales. Desde el mes de octubre hasta marzo, las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Buenos Aires son las que cuentan con mayor riesgo de este tipo de incendios. Para las provincias de Córdoba, Catamarca, La Rioja, Mendoza, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y todo el norte del país, el riesgo comienza con las primeras heladas de mayo y se extiende hasta el mes de noviembre.

El 2020 fue le peor año de la década en cantidad de focos de incendios, llegando a 40.000. Tomando en cuenta el cálculo que hicieron los especialistas del Museo de Ciencias Naturales de Antonio Scasso de San Nicolás, en el que consideran que cada foco quema un aproximado de 14 hectáreas, en 2020 se pulverizaron 560.000 hectáreas. El año pasado fue el segundo peor con 182.600 hectáreas.

¿Por qué se genera un incendio forestal?

Hay dos causas principales que generan los incendios forestales: las causas naturales y las antrópicas (producidas por actividad humana). Dentro de las naturales, la más común es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas, principalmente cuando no están acompañadas de lluvia. La actividad volcánica también puede producir incendios en algunas regiones.

Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el 95% de los incendios son causados por actividad humana. Dentro de las causas antrópicas (producidas por actividad humana) se encuentran: La presencia del hombre en los montes, bosques, acompañada de elementos o instalaciones que pueden ocasionar incendios.

Los incendios pueden ser por negligencia, en un fogón o campamento, también al practicar un deporte que involucre fuego, las quemas de desperdicios, desechos forestales y rastrojos, entre otros. Una de las causas principales son los fuegos intencionales para deforestar.

Desde el Ministerio de Ambiente, Sergio Federovisky, detalló que aquellos incendios intencionales se presentan ante la justicia: “Eventualmente, recolectamos evidencias y la presentamos a la justicia, que es lo que hemos hecho reiteradamente en relación con los incendios del delta del Río Paraná ya desde 2020. El Ministerio de Ambiente ha presentado en varias ocasiones pruebas a los jueces federales de Entre Ríos para que identifiquen a los autores. Sin embargo, no hemos obtenido respuesta”. “Aún no hay procesados, no hay perseguidos judicialmente. Fundamentalmente, no hay una respuesta desde la justicia, no hay una investigación como para desarticular una matriz de funcionamiento en el delta que utiliza el fuego para obtener beneficios particulares”.

Continuó explicando: “Sabiendo que 9 de cada 10 incendios son iniciados por la acción humana, ya sea por negligencia o penalidad, está claro que la dimensión humana del problema es muy determinante, por lo tanto, se debe tener conciencia y noción sobre en que circunstancias se puede emplear el fuego y en cuáles no, como usarlo y respetar las prohibiciones”. Agrego que, “Estamos ante un problema global, que es común a países que comparten latitudes con la Argentina, estamos ante un problema derivado del cambio climático y que ha adquirido una dimensión, volumen y característica en los últimos 30 años muy diferente y mucho más amenazante que lo que ocurría anteriormente”.

¿Cómo se combate un incendio forestal?

El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) es el organismo encargado de combatir los incendios. Dentro de sus funciones, se encargan de: la prevención y alerta, el combate de incendios y la evaluación de daños, acciones de recomposición y restauración.

De acuerdo con la ley 26.815, el combate de incendios se estructura en tres niveles operativos. El nivel 1 es el de actuación jurisdiccional, que frente a la fase inicial la autoridad jurisdiccional es la responsable de las tareas de control del fuego.

El nivel 2 es el de actuación regional, si la autoridad el nivel previo se encuentra comprometida o agotada puede solicitar apoyo regional, eso significa movilizar personal, materiales y equipos provenientes de las demás jurisdicciones que integran la región.

El nivel 3 es el de actuación extrarregional, si la magnitud del incendio supera el apoyo regional, se pide ayuda a la Central Nacional para afectar recursos de otras regiones. Los recursos pueden ser brigadistas, aviones, hidrantes, helicópteros, camionetas, entre otros.

“Nuestra competencia real está asociada al combate de los incendios y eso lo hacemos, hoy tenemos la agrupación de medios aéreos más grande de la historia, contratado por el Estado Nacional, a través del Ministerio de Ambiente. Recientemente, trajimos y está operando un mega helicóptero canadiense. Nos dedicamos a desplegar recursos de materia de prevención, detección y combate contra los incendios forestales. Tenemos instaladas cámaras de detección de humo y calor que nunca antes se habían instalado en la Argentina para la detección temprana y alerta de incendios. También contamos con drones contratados por el Ministerio de Ambiente”, explico Sergio.

Continuó diciendo que, “Este plan es el que nosotros ejecutamos porque somos el organismo ejecutor del sistema nacional del manejo del fuego, nos corresponde realizar esta actividad, por supuesto coordinamos con los bomberos voluntarios y además tenemos brigadistas forestales capacitados por el plan de manejo del fuego y brigadistas de parques nacionales. Tenemos un plantel especializado en el tema que trabaja con esa finalidad.”

La importancia de la Ley de Humedales

Al preguntarle acerca de la Ley de Humedales, Sergio Federovisky, detalló que, “Desde el Ministerio de Ambiente la opinión ha sido siempre que la Argentina necesita un instrumento normativo como la Ley de Humedales para poder trabajar en la protección y la defensa de la amenaza del cambio de uso de esos ecosistemas para proteger sus servicios ecosistémicos. La Ley de Humedales sería un instrumento importante a la hora de trabajar sobre los incendios forestales porque principalmente nos ayudaría en los espacios como, por ejemplo, el Delta del Río Paraná, donde el fuego se utiliza para provocar el avance de la frontera agropecuaria. Sin embargo, no podemos suponer que solamente la Ley de Humedales va a resolver el problema de los incendios forestales, ni tampoco podemos postergar cualquier política en materia de prevención, detección y combate de incendios hasta tanto tengamos la Ley de Humedales.”

¿Qué ocurre con la tierra luego de los incendios?

Según un informe del Conicet, una de las consecuencias más impactantes que producen los incendios forestales, además de la quema de la vegetación, es la pérdida de suelo por erosión. Este proceso se intensifica en las zonas desprovistas de cobertura vegetal, situación común durante los primeros meses posteriores al incendio.

El fuego suele consumir gran parte del material senescente en superficie (mantillo), el cual protege la superficie del suelo y evita el proceso de erosión. También se producen cambios en las propiedades químicas del suelo, es decir, en el contenido de materia orgánica y de nutrientes. La magnitud de estos cambios está relacionada con la intensidad y duración del fuego.

Al mismo tiempo, ocurren cambios en las propiedades físicas del suelo, como la humedad y la capacidad de retención de agua. La pérdida de materia orgánica provoca la disminución de la infiltración (entrada de agua al suelo) y del almacenamiento de agua.

¿Cómo impacta en la salud el humo de los incendios forestales?

La exposición al humo está relacionada a corto plazo con síntomas como tos, ardor en los ojos, goteo nasal e irritación en la garganta, y a largo plazo con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer. Los niños y los adultos mayores son los más susceptibles dentro de la población general. Cuando se registra mucho humo en el ambiente, se recomienda utilizar barbijo y evitar realizar actividad física al aire libre.