El Talleres-Belgrano de 1998, una final Mundial

La apasionante definición por el ascenso que paralizó a Córdoba, se disputó en tiempos de Copa del Mundo. Las comparaciones, a la distancia.

Una tarde inolvidable para gran parte de Córdoba. La jugaron como si fuera la final del Mundial.
Una tarde inolvidable para gran parte de Córdoba. La jugaron como si fuera la final del Mundial.

Para los hinchas de Talleres y Belgrano, era como la final del Mundial. Por primera vez se enfrentaban en una finalísima en torneos de AFA y con un premio suculento: regresar a Primera División.

La ciudad se partió en dos, el viejo estadio Córdoba se dividió en pasiones iguales, y Matadores y Piratas brindaron un partido para el recuerdo, un espectáculo inolvidable, con esa dramática serie de penales que consagró a los Albiazules.

Además, por si fuera poco, había clima mundial. Es que se disputaba en Francia la Copa del Mundo de 1998, que coronaría a los anfitriones para su primer título, siete días después de la final cordobesa.

Talleres ascendió en un clásico cordobés, como lo había hecho cuatro años antes frente a Instituto, en pleno mundial de Estados Unidos 1994.

En las dos finales de Talleres, la Selección argentina ya había quedado eliminada. En ambas ocasiones contra rivales europeos: contra Rumania en 1994, y frente a Holanda en cuartos del '98.

Horacio Elizondo, árbitro de la final del siglo en el Chateau, en 2006 sería el juez de la final entre Italia, subcampeón en 1994, y Francia, campeón en 1998.

Diego Garay, una de las figuras de la T, al año siguiente fue transferido al Racing de Estrasburgo, en la liga francesa, la de los campeones del mundo vigentes.

El lateral izquierdo José María Rozzi, disputó las dos finales con la camiseta Albiazul.

Ricardo Gareca obtuvo su primer título trascendente. Dos décadas después, tras llevar a Perú de nuevo a un Mundial, es candidato a dirigir la Selección Argentina.