Rumbos
“Los dioses naturales”, columna de Cristina Bajo
Entre las deidades estaban las llamadas Señoras o Madres: del agua, del aire, de la yerba e incluso delas enfermedades.
Entre las deidades estaban las llamadas Señoras o Madres: del agua, del aire, de la yerba e incluso delas enfermedades.
Guillermo Hudson pasó una hermosa infancia en el campo, mirando el cielo junto a sus perros y caballos amigos.
Egilona era joven y bella, pero se destacaba por sus dotes políticas. Al conocerla, Abd al-Aziz se enamoró perdidamente.
Hay vegetales que me encantan y soy capaz de ponerme a limpiar y preparar aunque sea medianoche y esté muerta de hambre.
Las historias que antes se narraban, daban alivio por unas horas, por un día festivo a la pobreza, el hambre, a los peligros de vivir que conllevaba pertenecer a los más desvalidos.
Hubo un tiempo en donde lo más esperado de los encuentros entre vecinos o familias eran los relatos que allí se contarían.
Cristina Bajo retoma la leyenda Huarpe-Milcayac, aquella que cuenta la historia de la enamorada de piedra y su amado quien descansa en el fondo del agua.
El menjunje llamado Vinagre de los cuatro ladrones apareció en la epidemia de 1628 y demostró ser realmente efectivo.
La Humanidad ha sobrevivido durante milenios sin la química de los remedios actuales, porque las pestes y epidemias han acompañado a sus seres desde el inicio de los pueblos.
La novela llegó tarde al mundo de los lectores, pero a partir del siglo XVIII su éxito fue fulminante.
Me gustaría viajar a Corrientes, visitar a mi hermana Eugenia, su prole y esa hermosa criatura que es mi sobrina-biznieta.
Muchas tardes, copábamos la galería con mis hermanos para leer comics y novelas bajo un silencio que nos unía.
Después de cenar, copábamos con mis hermanos la cocina para tomar mate, escuchar tangos y discutir sobre libros.