Asesinato en Cipolletti: la mamá de Agustina sospecha del amigo de su hija

Si bien Silvana aseguró que no quiere culpar a nadie antes de que la Justicia lo determine, dijo que “no le cierra lo que dice el chico”.

Silvana, la madre de Agustina, sospecha del joven que encontró a su hija convulsionando.
Silvana, la madre de Agustina, sospecha del joven que encontró a su hija convulsionando. Foto: LM Neuquén

A pocos días del asesinato de Agustina Fernández en Cipolletti, la Justicia busca al autor o los autores del crimen. Si bien la primera hipótesis apunta a un robo, las sospechas también recaen en su amigo, Pablo Parra.

“A mí no me cierra lo que dice este chico (Parra). Yo no estoy culpando a nadie, aclaro. Pero a mi hay cosas que no me cierran”, expresó Silvana Cappello, madre de la joven pampeana que perdió la vida, en diálogo con La Mañana de Cipolletti.

La mujer está convencida de que su hija, al momento del ataque, se defendió de “una cara conocida”, haciendo referencia a su amigo y vecino, quien -según testificó- la habría encontrado tirada convulsionando en su departamento al volver de hacer unas compras.

El relato de Parra, inquilino de la vivienda donde asesinaron a Agustina, se ajusta a la hipótesis del robo: la puerta trasera quedó abierta luego de limpiar la parrilla, una o más personas entraron y la atacaron.

Agustina Fernández, la estudiante asesinada en Cipolletti (Gentileza Clarín).
Agustina Fernández, la estudiante asesinada en Cipolletti (Gentileza Clarín).

Según revela la autopsia, la mano izquierda de la pampeana estaba gravemente dañada, por lo que posiblemente se haya defendido de la agresión. Después de lastimarla, se robaron los celulares de ambos y dinero. De momento, no hay pruebas suficientes en contra de él para detenerlo.

Aun así, según detalló Silvana, no le cierra el relato del sujeto. El mismo dijo que, al encontrarse con Agustina tirada en el piso cubierta de sangre y teniendo convulsiones, revisó la habitación, luego la puerta que estaba abierta y la escalera que estaba apoyada en la parrilla del patio, todo eso sin antes pedir auxilio.

“Uno cuando tiene un ser querido lo primero que hace es pedir ayuda y marcar un número de teléfono. Él no tenía y sube hasta arriba a pedirle el celular a la vecina. Por lo menos ahí se fueron cinco minutos. No sé, no todos manejamos la misma lógica”, agregó la mujer.

Continúan investigando el violento robo que se desarrolló en el complejo de Cipolletti.
Continúan investigando el violento robo que se desarrolló en el complejo de Cipolletti. Foto: Anahí Cárdena

Luego, continuó: “Yo no me creo esta hipótesis, ni se justifica que por dos celulares y mil dólares le hayan destrozado la cabeza, como lo hicieron; que mi hija se lleve toda la parte. Yo estuve cinco horas sobre la ruta pensando sobre lo mismo. Tenía la cabeza deformada”.