El mal de Chagas es una enfermedad muy asociada a la extrema pobreza, siendo que el insecto que lo trasmite, la vinchuca, vive en grietas de paredes y en los techos de las viviendas hechas con adobe, ramas o paja.
En ese sentido, las provincias del norte Argentino son de las más afectadas por esta enfermedad que mata en silencio, ya que el 90% de los infectados no están al tanto de portarla, y menos del 1% recibe tratamiento. El mal de Chagas es la primera causa de problemas cardíacos en América Latina debido a que la sufre una mayoría empobrecida.
En este marco es que investigadores salteños comenzaron a diseñar una vacuna para prevenir la silenciosa enfermedad en el Instituto de Patología Experimental, dependiente de la UNSa y el Conicet.
Técnicamente, lo que los investigadores lograron es utilizar pequeñas vesículas que son como "paquetes" transportadores de fragmentos de bacterias modificadas genéticamente, para expresar antígenos del parásito Trypanosoma cruzi, el causante de la enfermedad.
Por el momento, el prototipo de la vacuna se encuentra en etapa experimental, siendo aplicada a roedores que luego son expuestos a la enfermedad. Cecilia Pérez Brandán, una de las investigadoras a cargo de los experimentos, señaló que la vacuna logró bajar la carga parasitaria, pero no eliminarla del todo.
También explicó que la vacuna es muy segura y no puede enfermar debido a que no contiene la bacteria completa ni el parásito de Chagas. El equipo continuará trabajando sobre nuevas formulaciones para conseguir erradicar de forma total la carga parasitaria.