Uno de los grandes atractivos de Salta reside en que no hay que ir demasiado lejos de la ciudad para conocer lugares de fácil acceso y dramático entorno natural. Nuestra propuesta consta de cinco lugares para disfrutar durante el día: Valle Encantado, el Dique Cabra Corral, Río Blanco, El Alfarcito, y las ruinas de Santa Rosa de Tastil.
Valle Encantado. 2 hs.
Situado en el Parque Nacional los Cardones sobre la Cuesta del Obispo, se trata de una opción grata para salir a caminar por los cerros. Combinación de pastos verdes y piedra roja da como resultado un paisaje que quita el aliento. Ideal para los amantes del trekking.
No hace falta decir que el viaje hasta allí es una experiencia en sí, deleitando la vista con el cambio tangible del paisaje a medida que se avanza sobre la cuesta. Luego de 2 horas de viajar, a mano izquierda se encuentra el ingreso al valle, indicado por un gran cartel.
Dique Cabra Corral. 1.20 hs.
Uno de los sitios preferidos para los salteños, el dique presenta un gran número de actividades para realizar durante el día, entre ellas pescar, bungie jumping y rafting.
También se puede ir a almorzar al Hotel del Dique en una terraza con una vista espectacular al espejo de agua. Se llega al dique por la RN 68, hasta llegar a Coronel Moldes, donde se encuentra el acceso.
Río Blanco. 35 min.
A pocos kilómetros de Campo Quijano se encuentra Río Blanco. Este mágico paraje consta de una sola calle, donde la yunga salteña se manifiesta en su máximo esplendor. A lo largo de la calle pueden apreciarse antiguas pircas cercando viejas quintas de aspecto colonial.
En una de estas casas se filmó la película de la directora salteña Lucrecia Martel "La Ciénaga".
Cuenta con una capilla de estilo gótico de año 1914 que vale la pena visitar.
Río Blanco es ideal para visitar de pasada a los lugares que expondremos a continuación.
El Alfarcito. 1.30 hs.
Después de pasear por Río Blanco, se retoma la RN 51 y se encara para la Quebrada del Toro. Como sucede en la Cuesta del Obispo, es tangible el cambio del paisaje con cada vuelta de la cornisa.
Luego de transitar los mágicos parajes, se llega a El Alfarcito, un pequeño asentamiento con una escuela, una iglesia, un local de artesanías y un comedor. Se puede almorzar allí mientras se contemplan los cerros de la Quebrada del Toro.
Ruinas de Santa Rosa de Tastil. 1.40
Dentro del mismo recorrido, se puede combinar una visita a las ruinas de Santa Rosa de Tastil, que quedan a 5 kilómetros de El Alfarcito. Datan de la época precolombina, y el laberinto de pircas generan dibujos alucinantes en los cerros.
El guardaparque hace a los visitantes una pequeña introducción y muestra los distintos recorridos que se pueden hacer dependiendo del tiempo que se disponga.