Estudiante de la UNR trabaja con el acelerador de partículas más potente del mundo

Guillermo Brauchli, alumno de 5° año de Ingeniería Electrónica, cumple una pasantía en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). “Es una experiencia única”, dijo.

Guillermo Brauchli, estudiante de 5º año de Ingeniería Electrónica de la UNR
Guillermo Brauchli, estudiante de 5º año de Ingeniería Electrónica de la UNR

Un joven estudiante de la UNR, fanático física, logró una pasantía por un año en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), cerca de Ginebra, donde se encuentra el acelerador de partículas más grande y potente del mundo. Se trata de Guillermo Brauchli, un alumno de 5º año de Ingeniería Electrónica de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (FCEIA) de la UNR, que desde febrero se encuentra en la comuna de Prévessin-Moëns (en la frontera franco – suiza, del lado francés), como integrante del departamento “Convertidores Electrónicos de alta Potencia”.

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“Desde mi adolescencia, me apasiona la física y consumo material de divulgación científica, principalmente libros y videos. Por este motivo, el CERN siempre fue un lugar de interés para mí, una institución donde soñaba trabajar”, señaló y agregó que fue el año pasado cuando encontró un programa de pasantías y no lo dudó. Tras un primer rechazo, insistió y obtuvo lo que buscaba.

El joven ya había tenido una experiencia internacional al haber estado más de un año en Alemania, pero el CERN era su máxima aspiración. “Allí el foco principal es la física de partículas, es decir, el estudio de los componentes fundamentales de la materia, pero su espectro de investigación es muchísimo más amplio e incluye temas tan variados como antimateria, rayos cósmicos, diagnóstico y tratamiento de cáncer mediante radioisótopos”, detalló.

Guillermo Brauchli, un estudiante de 5º año de Ingeniería Electrónica
Guillermo Brauchli, un estudiante de 5º año de Ingeniería Electrónica

Actualmente el CERN opera el acelerador de partículas más grande y potente del mundo, el LHC. Se trata de un anillo con un perímetro de 27 kilómetros, compuesto de imanes superconductores, en cuyo interior viajan haces de partículas a una velocidad cercana a la velocidad de la luz. Los haces colisionan en 4 puntos específicos, donde se encuentran los detectores de los diversos experimentos.

“Estas colisiones producen partículas masivas que existen durante un brevísimo instante de tiempo y no se pueden detectar directamente. Casi inmediatamente se transforman en partículas más ligeras, que a su vez también decaen. Al analizar estos decaimientos, los físicos pueden estudiar las propiedades de las partículas y aumentar nuestra comprensión de la materia que compone el universo”, explicó.

Guillermo se dedica a realizar los estudios de factibilidad para el diseño de convertidores electrónicos que se emplearán en un futuro colisionador, el “Muon Collider”. Tal como su nombre lo indica, este futuro acelerador hará colisionar muones, una de las partículas fundamentales. “Este proyecto representa un gran desafío científico y tecnológico ya que los muones tienen un corto tiempo de vida media, es decir, decaen muy rápidamente en otras partículas. Por eso es necesario acelerarlos rápidamente y hacerlos colisionar antes de que decaigan. Esto se traduce en una alta demanda de potencia para los convertidores que proveen la energía eléctrica a los imanes del acelerador”, indicó.

Acelerador de partículas elementales con el que trabaja el estudiante de la UNR
Acelerador de partículas elementales con el que trabaja el estudiante de la UNR

“Concretamente, estoy analizando la viabilidad de distintas topologías circuitales que podrían ser utilizadas en el diseño de los convertidores electrónicos. Entre otras cosas, realizo simulaciones para evaluar el desempeño y la eficiencia energética de los diferentes circuitos. Más adelante en la pasantía, también deberé determinar un modelo para los costos de implementación y operación de estos equipos”, se entusiasmó.

Más allá de su gran presente, el estudiante destacó la sólida formación que obtuvo en Rosario, y que le aportó conceptos esenciales y herramientas informáticas para manejar los modelos matemáticos con los que hoy trabaja. En este sentido, animó a que más estudiantes locales se sumen a experiencias internacionales. “Se trata de una oportunidad única y sumamente enriquecedora a nivel personal y profesional. Por un lado, estudiar en una institución extranjera permite conocer y experimentar metodologías y dinámicas educativas diferentes a las que estamos acostumbrados, así como también integrarse a un nuevo tipo vida universitaria, participando en cursos de idiomas, deportes y actividades recreativas”, apuntó.

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“Por otro lado, realizar una pasantía en el exterior es algo que no solamente potencia el perfil profesional, sino que también permite nutrirse de la cultura laboral y empresarial en un entorno internacional, al mismo tiempo que se establecen contactos con profesionales altamente capacitados. Como si esto fuese poco, también la posibilidad de participar en proyectos científicos y tecnológicos muy interesantes y desafiantes para cada especialidad”, añadió.

“Si bien llevo relativamente poco tiempo acá en el CERN, esta experiencia ya me brindó la posibilidad de aprender muchísimo y profundizar los conocimientos que adquirí en la facu. Me siento un privilegiado por poder estar en un lugar como este y contribuir activamente al proyecto del que soy parte. Experiencias como estas te conectan con personas de todos los rincones del mundo y, hasta ahora, viene siendo así para mí. A nivel personal me llevo muchísimos amigos y amigas y, en el ámbito laboral, la oportunidad de trabajar codo a codo con ingenieros y científicos de excelencia”, cerró.