Inicio de clases en Mendoza: sobreviviendo a la locura del primer día

La primera jornada de los pibes en la escuela contada en primera persona.

Este lunes se dio Inicio del Ciclo escolar 2023 en Mendoza.
Este lunes se dio Inicio del Ciclo escolar 2023 en Mendoza. Foto: Archivo- Los Andes

Supongo que lo sucedido en la mañana de este lunes 27 en Mendoza, no es muy diferente a otros lugares del país: ¡comenzaron las clases y fue una locura el primer día!

Desde fines de diciembre hasta el pasado viernes, todos seguíamos de vacaciones aunque muchos de los adultos cumplían con sus rutinas laborales desde mucho antes. Pero la sensación es que el año no arranca si no es con las clases de los pibes.

Inicio de clases Escuela Carmen Ponce de Videla
Inicio de clases Escuela Carmen Ponce de Videla Foto: Orlando Pelichotti

La locura en cada casa previo al primer día de clases

Las idas y venidas, los comentarios en los grupos de padres, las solicitudes de las maestras, el recordatorio de chequeras disponibles si se trata de escuelas privadas, y una lista de cosas para hacer desde este 27 de febrero es suficiente para poner a una madre o padre con los pelos de punta.

Sumado a que días antes ya estábamos viendo qué útiles reciclar del año anterior, tomando en cuenta que los precios de los nuevos se fueron por las nubes. Diferente con el calzado y la ropa, porque indudablemente en cuestión de pocos meses los niños crecieron una barbaridad.

Hasta última hora del domingo la familia estuvo movilizada, preparando la ropa, las mochilas, dejando lista la merienda para el primer día y planificando cómo llegar a horario a todos lados. Y hasta se pudo ver cierta expectativa y nervios de los chicos, previo a irse a la cama.

Pero lo más difícil fueron las ‘sacudidas’ para que los hijos logren despertarse. Cambiarles el ritmo, por más esmeros previos, no sirvió. La resistencia a comenzar fue enorme y el retumbante “no quiero ir a la escuela” fue como una gotita torturante desde el desayuno hasta la lucha titánica por ese lugar vacío cerca de la escuela.

Luego esa negativa cambió en el momento del reencuentro con los compañeros: un saludo de manos con puños cerrados -algo que la pandemia dejó heredada- o aquellos que expresaron haberse extrañado con un fuerte abrazo. Cuerpos más cambiados, más grandes, diferentes; pero felices de entrar a su escuela, una vez más.

Idas y venidas, llegar a la escuela: otra odisea.
Idas y venidas, llegar a la escuela: otra odisea. Foto: Orlando Pelichotti

Inicio de clases y un tránsito que no ayuda

Empezaron las clases y, para variar, el tema tránsito fue un caos. Gente que va demasiado apurada, bocinazos, embotellamientos, conductores ansiosos, conductores dormidos, conductores con celulares y –¡oh casualidad!- algún qué otro semáforo descompuesto o el problema de cálculos de las autoridades de ciertos municipios que decidieron arreglar calles justo en esta época.

Ni hablar cuando se arman las interminables filas de todo tipo de vehículos en las avenidas o accesos para intentar ingresar a la Ciudad. Aunque esta sea ya una constante de todo el año.

Y qué decir de la doble y hasta incluso triple fila a lo largo del frente de los colegios. O a los que le estacionan en el puente del vecino y este termina llevando tarde a sus hijos porque no pudieron sacar su auto antes del ‘tapón’.

Otro cantar es el de los que son pasajeros de micros, qué más control de la paciencia que el de ellos, porque no depende de los viajantes llegar tarde. Si se les pasó el transporte público que esperaban a horario por estar colmado de gente, no quedó otra opción que aguardar el próximo, que -con la ayuda de Dios- tal vez llegue pronto y le pare.

Aunque siempre se puede encontrar un taxi, remis o Uber oportuno en el lugar y disponible, para llevarnos al primer día de clases. Con el agregado de que te toque un chofer charlatán que te anime el viaje hasta destino. Así y todo, ¡buen inicio de clases para grandes y chicos!