Carlos III fue solemnemente coronado el sábado en la Abadía de Westminster de Londres, en una ceremonia religiosa celebrada ocho meses después de su llegada al trono tras la muerte de su madre Isabel II.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó la corona de San Eduardo sobre la cabeza del rey ante unos 2.300 invitados, entre ellos un centenar de jefes de Estado extranjeros.
Tras colocarle la corona, el arzobispo gritó a la congregación “Dios salve al Rey”, tras lo cual se escucharon trompetas. Su esposa Camila también fue coronada de un modo similar pero más sencillo.
Luego de la ceremonia, ambos monarcas se dirigieron en procesión al Palacio de Buckingham para recibir el Saludo Real de los miembros de las fuerzas armadas. Después de esto, se unieron a otros miembros de la familia real en el balcón para el tradicional saludo.
A la pareja recién coronada, se unieron el heredero de Carlos, el príncipe William, su esposa Kate y sus tres hijos. No estuvo Harry, apartado de las funciones oficiales de la realeza.
Tampoco ha aparecido en el balcón el príncipe Andrés, hermano de Carlos III, a quien también se apartó de la familia real por sus escándalos sexuales relacionados con el empresario Jeffrey Epstein.
Sobre las cabezas de los presentes sobrevolaron aviones y helicópteros de las Fuerzas Armadas británicas, aunque la exhibición aérea debió ser recortada por las malas condiciones climatológicas.
El momento más esperado
Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte, según Infobae.
Al rey se le entregó el orbe del soberano, que simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano; y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca.
Ataviado con una capa dorada, el primado de la iglesia de Inglaterra le entregó al rey el guante blanco del poder.
Por último Welby le colocó la corona de San Eduardo, hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará.
Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.
El soberano quedó velado por un panel de tela bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Mancomunidad Británica de Naciones, bendecida en la Capilla Real del Palacio de St James hace una semana.
La coronación de Camila
Minutos después de Carlos III, Camila fue coronada como reina del Reino Unido.
La reina fue primero ungida con aceite en la cabeza por el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, quien posteriormente impuso en su cabeza la corona de la Reina María.
La mujer del rey Carlos III desde hace 18 años deja de esta forma de ser llamada reina consorte, para pasar a ser considerada únicamente como reina.
Procesión al Palacio de Buckingham
Ahora inició la Procesión de la Coronación desde la Abadía de Westminster hasta el Palacio de Buckingham, con Carlos y Camilla viajando en la Carroza de Estado.
El príncipe William, hijo y heredero de Carlos, junto con su esposa Kate y sus tres hijos, viajan en el primer carruaje detrás del nuevo rey. Otros miembros de la familia los acompañan.
La carroza, utilizada por primera vez en 1762, pesa cuatro toneladas y será tirada por ocho cabellos Windsor Greys.
Acompañados por 4.000 militares ataviados de gala, los reyes saludaron a la multitud apostada en la ruta de dos kilómetros hacia su residencia oficial en Londres.
Desde hace días, numerosas personas esperaron en las inmediaciones del palacio y a lo largo de la céntrica avenida The Mall para ver en persona el paso de Sus Majestades, y miles de ciudadanos asistieron hoy al desfile pese a la lluvia que cae sobre la capital británica.
La procesión estuvo dividida en ocho grupos, que incluyen a miembros de las Fuerzas Armadas de diversos países de la Commonwealth, así como de las distintas divisiones del Ejército británico.
Ahora los reyes se dirigirán al jardín para recibir el Saludo Real de los miembros de las fuerzas armadas antes de unirse a otros miembros de la familia real en el balcón del Palacio de Buckingham.
Gran despliegue de seguridad
El miedo a un ataque terrorista repetía la experiencia del funeral de la reina Isabel II: la policía ha instalado un protector anti bombas y los celulares no funcionan para bloquear una explosión, para desesperación de los fotógrafos, que no pueden transmitir las fotos, detalla Clarín.
Siete manifestantes antimonárquicos fueron detenidos cuando se dirigían a Trafalgar Square a manifestar. Detuvieron su camioneta con posters que decían “No es mi rey”.
Pero en Trafalgar Square algunas consiguieron superar la seguridad y desplegar sus poster: “No es mi rey”. “Abolir la monarquía” cantaban ante los “booo” de los pro monárquicos.
“Queremos ser visibles, no hacer un escándalo. Pero representamos a un porcentaje cada vez más grande de gente que cree que debemos abolir la monarquía y tener a un presidente”, dijo un vocero de Republic, el movimiento que los alienta.