Cultivar sin contaminantes: los colonos apuestan a fertilizantes producidos sin procesos químicos

La iniciativa se desarrolla en el paraje Santa Cruz del Monte, en Pozo Azul donde utilizan restos de cáscaras de maíz, arroz y cenizas para la preparación del biodegradable

Creación del abono sin productos químicos
Creación del abono sin productos químicos

Varias familias de la zona buscan alternativas al cultivo de tabaco, apostando a la diversificación en las chacras, también apuestan a la aplicación de productos amigables con el ambiente que potencien la producción.

No solo se apuesta por ser productos amigables con el medio ambiente, sino también como una solución económica frente a los fertilizantes o abonos que muchas veces no resultaban efectivos.

Da Silva Barboza, quien trabaja con tres tipos de cobertura de suelo: vicia, mucuna y avena dijo que Desde hace años trabajo con el manejo de suelo, esa práctica yo sé que funciona. Ahora no conocía este tipo de biopreparados, pero cuando llegaron, comenzamos a intercambiar experiencias. Comencé a aplicar estos productos notando que funcionan, son muy buenos para todo tipo de plantación. Y así se fue conociendo, fuimos probando, modificando la dosificación para cada planta. Hoy lo que ofrecemos brinda garantía de buenos resultados”

La Biofábrica del paraje próximo a Pozo Azul, venía realizando actividades en la provincia impulsando la transición del cultivo con veneno al cultivo agroecológico.

Fernando Calello dijo en relación con esto que “En esa búsqueda nos encontramos con la referencia a través de la experiencia de Valdir. Él nos brindaba sus conocimientos de acuerdo a las prácticas agrícolas que viene realizando y nosotros lo que teníamos para ofrecerle eran estos biopreparados. Y una vez hechas las pruebas y comprobar que es una herramienta útil, comenzamos a difundirlo. Valdir aceptó sumarse y fue así como comenzamos a trabajar juntos”

En coperación con producotores de la zona realizaron jornadas prácticas de elaboración de biopreparados con los productores a quienes la idea les resultó muy viable.

“Los abonos son sólidos para preparar la tierra con de diferentes características. Los biofertilizantes son como un abono, pero de aplicación foliar que se logra con fermentación y los caldos son mezclas de minerales para el control de las plagas. Lo que tienen en común es que trabajan en la nutrición de la planta. Nosotros tratamos de hacer la mayor diversidad posible buscando y teniendo siempre en cuenta la necesidad del productorcomentó Juan Trofino, dueño de la chacra en donde se hizo las primeras implementaciones de los preparados.

Una de las ventajas es que los biopreparados son elaborados con materiales disponibles en las chacras. Utilizan estiércol, vainas del poroto, marlo del maíz molido, las cáscaras del arroz, tierra de monte, ceniza, polvo de roca, polvo de carbón.

Calello dijo “Los fertilizantes usamos agua, azúcar que en realidad acá nosotros trapichamos la caña y usamos la guarapa. Después le agregamos el macerado de algunas plantas, como la ortiga, y le agregamos los minerales que necesitamos de acuerdo a la deficiencia del suelo. Eso se mezcla todo en tambor, cuando comienza a fermentar se tapa y se los deja por dos meses y está listo para colocar a la planta. Y el caldo más común que hacemos es la ceniza, donde se hierve ceniza con jabón y agua, se hierve por 30 minutos obteniendo un caldo que sirve para controlar varias plagas”

Llegan a fabricar 1.500 kilos de abono y 200 litros de abono foliar en un mes.

Existe una gran diferencia entre los costos con los que comercializan los preparados, por ejemplo, un fertilizante que en una agropecuaria cuesta 1.200 pesos, en la biofábrica lo comercializan a 300 pesos.

“Uno de los factores que torna la alternativa viable, más allá de la principal, que es la diferencia notoria entre un cultivo al que se le implementó estos biopreparados, es que al fabricarlos en la chacra abaratamos los costos, el productor se entusiasma. El éxito de nuestra fábrica se está dando mediante la aplicación que realizan los productores, con un avance en los yerbales, logrando curar las plantas del rulo, disminuir y frenar la caída de la hoja. Esas experiencias hacen que hoy venga gente de otras colonias”.

“Para mí, que siempre trabajé con la producción orgánica, esto es una herramienta y el sueño es ver a la comunidad libre de venenos”, expresó el colono Da Silva Barboza.

Fuente: El Territorio