El día en que el padre Oberlin llevó a los chicos a conocer el hielo

El cura de Müller, que trabaja con jóvenes en recuperación, cumplió el sueño de llevarlos al glaciar Perito Moreno.

Mariano Oberlin, y los chicos.
Mariano Oberlin, y los chicos.

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava ... Comienza Gabriel Garcia Márquez, en Cien años de Soledad.

Y como si ​el hielo fuese la misma inquietud, el mismo deseo de conocer, el padre de la parroquia de barrio Müller, Mariano Oberlin, quien trabaja en la lucha contra el paco y la recuperación de los jóvenes frente a las drogas, logró que un grupo de ellos viajara a conocer el Glaciar Perito Moreno. Y tras esto, escribió en su Facebook."Hace un tiempo alguien dijo que nos hicieron creer que con un sueldo de empleado se podía viajar por ahí, y no sé cuantas otras cosas...

Nosotros nos resistimos a creer que la belleza de la creación sólo debe estar al alcance del goce de unos pocos.

Hace seis meses algunos de estos changos estaban en una esquina consumiendo, o durmiendo en un auto abandonado, o al borde de la muerte. Quién hubiese pensado que hace tres semanas íbamos a estar disfrutando de las Cataratas del Iguazú, y que dos semanas después estaríamos de gira por el sur, conociendo el glaciar Perito Moreno, paseando por la Cordillera, y disfrutando de las playas de Las Grutas y Mar del Plata (confieso que el mar me parecía aburrido, hasta que vi a estos chicos disfrutar de cada ola, y como en el cuento de Galeano, me ayudaron a mirar con nuevos ojos y a disfrutar con el corazón renovado). Y nos quedó tiempo para compartir unos corderos patagónicos hechos por los chicos de la Fundación Valdocco, de Caleta Olivia, que nos recibieron con los brazos abiertos.

Trabajamos orgullosos en el desarrollo del sistema de construcción con botellas de plástico, construimos orgullosos la plantita de producción en el barrio, orgullosos estamos construyendo la casita en donde van a vivir los changos que van a conformar la cooperativa de trabajo que la va a sostener, mientras hacen su proceso de rehabilitación, y orgullosos disfrutamos de los paisajes maravillosos que tiene nuestra Argentina, en recompensa al fruto de tanto esfuerzo.

Y deseamos que un día los paisajes sean de todos. Que todo trabajador tenga derecho a disfrutar de la maravilla que la creación nos regala. Que todo rincón de la creación tenga derecho a disfrutar de la compañía de aquellos que día a día trabajan para que una nueva familia tenga su techo, para que un nuevo niño aprenda a navegar en el maravilloso mundo de las palabras y de los números, para que llegue a cada mesa el pan de cada día… y de todos y cada uno de los trabajadores que habitan este suelo".