Por Gabriela Martín.
Los miomas uterinos, también conocidos como fibromas, son tumores benignos que se desarrollan en el útero por múltiples factores, como el incremento de hormonas sexuales femeninas, la raza y la genética. Puede desarrollarse de manera única o múltiple, de distinto tamaño y en diferentes localizaciones del útero. En los últimos tiempos, la aparición de un nuevo medicamento para el tratamiento de esta afección ginecológica, que afecta a más del 50% de las mujeres en edad fértil, representa una buena noticia para las argentinas.
"No necesariamente presentan síntomas, pero aquellos que son sintomáticos afectan severamente la calidad de vida de las pacientes. La manifestación más frecuente es el sangrado menstrual anormal: grandes hemorragias menstruales en pocos días, muchos días de sangrado o sangrados irregulares que pueden aparecer en medio del ciclo menstrual. Esto puede causar anemia, intensos dolores y dificultad a la hora de mantener relaciones íntimas", explica el doctor David Fusaro, director médico del Instituto Ginecológico de Buenos Aires y jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Fundación Favaloro.
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Y agrega la doctora Meritxell Gracia Quero, ginecóloga del Hospital Clinic Provincial de Barcelona, Departamento de Ginecología Benigna, de visita en el país para compartir su experiencia con el nuevo tratamiento: "La mayoría de los miomas son detectables en mujeres jóvenes alrededor de los 40 años por lo que en su contexto tienen un impacto importante en la calidad de vida de las mujeres que los padecen. Pero también en costos socio-sanitarios y laborales".
Los miomas se diagnostican durante el control anual ginecológico, tras la revisación clínica y una ecografía complementaria que brinda precisiones acerca del tamaño, número y su localización. Pueden afectar la fertilidad de las mujeres, y comprimir los órganos periféricos como consecuencia del agrandamiento del útero, afectando así al intestino o la vejiga. Sin embargo, todos los miomas son tratables: existen alternativas quirúrgicas y también medicamentos.
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“Hay dos procedimientos clásicos: la histerectomía –la extracción del útero- y la miomectomía, una intervención a través de la cual se extirpan los miomas. Para optar por alguna de estas prácticas, se debe hacer una evaluación de la paciente, considerando su edad y su deseo de mantener la fertilidad, entre otros criterios. A estas alternativas, se suma ahora una nueva medicación denominada acetato de ulipristal. Gracias a este nuevo fármaco, en algunos casos ya no es necesaria la cirugía,” sostiene Fusaro.
El acetato de ulipristal es un medicamento que se administra oralmente, en dosis diarias a lo largo de ciclos de tres períodos de 28 días cada uno. "Este fármaco ofrece un muy buen control sintomático: reduce y normaliza los patrones de sangrado, induce de forma rápida y en un porcentaje muy alto (entorno al 80%) a la amenorrea (ausencia de menstruación), proporciona un buen control del dolor y aporta una reducción del volumen del mioma por lo que devuelve puntajes normales en calidad de vida a las pacientes", asegura la doctora Gracia Quero.
Y cierra: Se trata de una opción muy segura y eficaz con muy pocas contraindicaciones y efectos secundarios”.
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En números
» Aunque no necesariamente se manifiesten con síntomas, los miomas uterinos afectan al 70% de las mujeres.
» La patología se presenta con más frecuencia entre los 25 y 50 años.
» Una de cada dos mujeres presenta síntomas que afectan su calidad de vida.