“Olivosgate”, el escándalo que carcomió la imagen de Alberto Fernández y obligó a Cristina a salir al ruedo

El episodio molestó incluso a un significativo sector del oficialismo que ahora no descarta cambiar su voto en las legislativas. Los números de las encuestas y la opinión de los analistas.

Al centro. Cristina Fernández volvió al ruedo tras la caída que la foto del cumpleaños en Olivos implicó para la imagen presidencial. (Presidencia de la Nación)
Al centro. Cristina Fernández volvió al ruedo tras la caída que la foto del cumpleaños en Olivos implicó para la imagen presidencial. (Presidencia de la Nación)

El Olivosgate promete ser mucho más que un escándalo transitorio para el gobierno nacional y para el Frente de Todos porque terminó de convertir una apreciación social en una certeza política, que indica que la devaluada imagen de Alberto Fernández perdió las virtudes que le permitieron al oficialismo ampliarse más allá de las fronteras kirchneristas.

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El fenómeno ya se percibe en las primeras encuestas sobre la polémica que se instaló cuando se conocieron las fotos y los videos de la cena en la residencia presidencial para celebrar el cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez, en julio del año pasado, sin respetar la estricta cuarentena contra el coronavirus vigente en aquel entonces.

El acontecimiento no sólo impactó en las estrategias electorales del FdT y de la coalición opositora Juntos por el Cambio (JpC), sino que además expuso el creciente problema que afrontan en el oficialismo ante la negativa evaluación pública sobre Alberto Fernández y la gestión de su gobierno.

El Olivosgate ya demostró su efecto bisagra con la plena reaparición de Cristina Kirchner en la escena pública. La Vicepresidenta se vio obligada a ponerse al frente de la campaña para tratar de minimizar los daños colaterales que puedan impactar en las urnas y también para garantizar la unidad del FdT y la consecuente gobernabilidad.

La foto de la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez con Alberto Fernández en la Quinta de Olivos
La foto de la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez con Alberto Fernández en la Quinta de Olivos

Una “inmoralidad” que molestó también en el FdT

Los analistas de la consultora Synopsis elaboraron un informe, sobre la base de 1.623 encuestados, que da muestra de las interpretaciones más inmediatas sobre el escándalo (las consultas se hicieron entre el 13 y el 15 de agosto).

La primera conclusión del sondeo es que la mayoría de las personas (93,1%) tenían presente el hecho. Es decir, las estrategias comunicacionales a las que apeló el gobierno, con las que también se cuestionó la veracidad de las primeras fotos que se difundieron, no lograron contener la onda expansiva del escándalo.

La foto causó un sinfín de sensaciones negativas, entre las que se impusieron la “bronca”, la “indignación” y el “asco”. Para el 71,7% de los consultados, se trató de “un error, un delito, una inmoralidad” del presidente Fernández. El dato que sobresale es que ese diagnóstico también lo tuvieron el 92,8% de las personas que dijeron haber votado al FdT en 2019.

“Lo más llamativo, y el elemento con el que vamos a tener que familiarizarnos, es que se ha disociado la evolución de la imagen del Presidente y la imagen del gobierno de su base electoral. Que quiero decir, hoy tenés más del 10% de los que van a votar al Frente de Todos con imagen negativa de Alberto y del desempeño del gobierno”, explicó a este medio Lucas Romero, director de Synopsis Consultores.

Romero adelantó los resultados de otros relevamientos que permiten dimensionar el drama que afronta la imagen presidencial. “El gobierno llega al nivel más bajo de aprobación. Esto es sobre gestión y sobre imagen, los dos elementos están sincronizados, cosa que no siempre sucede. Alberto tiene más del 70% de imagen negativa y menos del 25% de positiva”, calculó.

Números similares arrojó una medición de las consultoras D´Alessio IROL y Berensztein, sobre un universo de 800 personas, que además plasmó el eventual efecto que el escándalo podría tener en las próximas elecciones.

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“Haciendo foco en los votantes del Frente de Todos, el 24% considera que impactará en su voto en las próximas elecciones y no repetirá su apoyo al oficialismo. De ellos, el 79% se inclinará ahora por candidatos de Juntos, un 5% cambiaría su voto a Liberales, en igual proporción optaría por otros partidos, un 5% votaría en blanco o no iría a votar y un 6% prefiere no contestar”, señaló el estudio.

Para el analista político Carlos Fara, el Olivosgate “le pone un techo” al FdT “para poder recuperar el voto moderado que se le fue por el camino”, situación que se explica fundamentalmente por la pérdida de los atributos que supo tener Alberto Fernández en 2019, cuando recurrió a su perfil “moderado” para llegar a sectores desencantados con el entonces gobierno de Mauricio Macri.

“Alberto Fernández desencantó a los votantes independientes en el 2020 y en el 2021 está desencantando a los votantes del Frente de Todos, que siguen identificados con el espacio por Cristina. Por eso se explica que Cristina haya salido a protagonizar la escena electoral”, agregó Romero. Para el analista, en el fondo lo que se observa es que hay una “una crisis de legitimidad del liderazgo de Alberto Fernández”.

La vuelta de Cristina y los riesgos

El escándalo de Olivos destruyó la estrategia electoral del oficialismo, que trató de sacar a relucir los logros del plan de vacunación contra el coronavirus, y sumó un riesgo inevitable porque la entrada en escena de Cristina Kirchner, para galvanizar el voto propio, podría complicar aún más el camino.

 La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó el plenario en el Estadio Único de La Plata a tres semanas de las Paso. (Télam/Archivo)
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó el plenario en el Estadio Único de La Plata a tres semanas de las Paso. (Télam/Archivo) Foto: telam

“Se especulaba con que Cristina iba a desaparecer y que se iba a recurrir a la fórmula de 2019: Cristina contiene y Alberto amplía. En aquel entonces, Alberto le agregaba apoyo electoral al Frente de Todos, traía un votante más independiente no kirchnerista. Como eso lo perdió el gobierno, hace rato lo perdió, hoy el lema que sostenemos es que Cristina contiene lo que Alberto achica”, evaluó Romero.

Al respecto, Fara indicó que “Cristina decidió tomar el mando, mostrarse como líder y candidata” para “obturar cualquier tipo de pérdida” en el FdT con un renovado ataque hacia la figura del ex presidente Macri.

La polarización vuelve a ser la herramienta para contener, pero representa una jugada temeraria para el kirchnerismo, sobre todo, ante el elevado descontento con la gestión de gobierno. En ese escenario la ley de los signos se traslada a lógica de la política. “Si uno está enojado con el gobierno y el gobierno ataca a Macri, a la gente enojada con el gobierno le empieza a caer simpático Macri. Esto también le pasó a Macri en 2019”, describió Romero.

Aunque aún es incierto el impacto que el Olivosgate pueda tener en las próximas elecciones, más allá de los estados de ánimo que tienden a cambiar con el paso del tiempo, los relevamientos adelantan que la pelea en las urnas será reñida.

Las mediciones de Synopsis sobre la intención de voto (previas al escándalo) le dan al FDT un resultado a nivel nacional cercano al 40%. En tanto, JPC conseguiría un número cercano al 35%, aunque ese guarismo es el que más podría variar por la reacción del electorado afín a los sectores de derecha.

Los números hablan de un desafío que no es menor para el oficialismo y menos para Alberto Fernández, quien ahora depende de un triunfo en las urnas para recuperar protagonismo y fortaleza.

Por la Corresponsalía de Buenos Aires