Brasil define este domingo una de las elecciones presidenciales más polarizadas de su historia. El Ballotage tiene por un lado al ultraderechista Jair Bolsonaro, y por otro, al izquierdista Fernando Haddad, del Partido de los trabajadores (PT). ¿Qué se puede esperar de estas elecciones entre dos candidatos opuestos?
Se dice que hasta la natural alegría de Brasil parece haber desaparecido en el fondo de la grieta política que se profundizó durante la campaña en el país vecino. En un clima de angustia, rencores y miedo, 147 millones de brasileños elegirán hoy a su próximo presidente. Incluso los argentinos que residen en Brasil reflejan esa polarización de la ciudadanía.
La campaña estuvo marcada por agresiones y la diseminación de noticias falsas en las redes sociales sobre ambos candidatos, que ahondaron las divisiones entre familiares, amigos y compañeros de trabajo como nunca antes desde la redemocratización del país.
Excapitán del Ejército, célebre por sus polémicos comentarios machistas, homofóbicos y racistas, Bolsonaro es el gran favorito con una ventaja de entre 8 y 10 puntos en la intención de voto, según las últimas dos encuestas. El candidato tuvo un discurso implacable frente a la corrupción y la criminalidad, y promesas de liberalismo económico y conservadurismo social.
En la primera vuelta se impuso a Haddad por 46% a 29% de los votos. Sin embargo, en los últimos días, tal como informa el diario La Nación, las encuestas mostraron que Haddad -quien fue alcalde de San Pablo, exministro de Educación y sucesor del encarcelado expresidente Luiz Inacio Lula da Silva en la impugnada candidatura del PT- acortó la distancia.
En este panorama dividido, el país que hasta ahora se caracterizó por su alegría se define entre dos opciones que dejarán, de uno u otro modo, a una gran parte del electorado con un profundo descontento. Solo faltan algunas horas para que se sepa si se confirmará la tendencia de la primera vuelta y Bolsonaro se quedará con la presidencia, o si el PT consigue dar la sorpresa que busca.