Un increíble caso de abuso policial se produjo el 17 de enero en Río Cuarto cuando un grupo de policías atacó a golpes a Carlos Galíndez, que se negó a firmar un documento en blanco, luego de que lo detuvieran por error.
Uno de los cuatro policías separados de la fuerza por la increíble golpiza tiene otra causa por causa por el supuesto ataque a un menor de edad, que trabajaba como cadete en el 2019.
El Tribunal Superior de Justicia separó a cuatro policías hasta que se esclarezca el caso y, el lunes, el fiscal de Instrucción, Fernando Moine, imputó a tres de ellos.
Se trata del sargento Jorge David Sanabria y el cabo Martín Ezequiel Colautti, por “vejaciones calificadas y falsedad ideológica agravada” y la sargenta DaianaNatalí Rojo, por presunto ”encubrimiento agravado”.
Cabe recordar que Carlos Galíndez finalmente tuvo que ser operado luego de la brutal agresión que recibió. En la golpiza le quebraron la mandíbula y según indicó la esposa del agredido “le rompieron los nervios”.
El policía con antecedentes
El Juzgado de Control de Río Cuarto confirmó que Colautti, de 37 años, tiene una causa anterior, también por vejaciones, en la que ya hubo requerimiento de elevación a juicio.
Según informó La Voz, la defensa se opuso pero su presentación fue rechazada por la jueza Luciana Alba el 28 de diciembre último. La decisión aún puede ser apelada.
El joven denunciante relató oportunamente que, el 16 de octubre del 2019, estaba “cadeteando” con la moto de su madre para reunir fondos para su traje de egresado. Dijo que pasó un semáforo en rojo y el patrullero lo interceptó en la pizzería para la que trabajaba (en Marcelo T de Alvear al 400).
Alcanzó a llamar a sus familiares para que le trajeran los papeles de la moto pero un policía lo esposó y lo tiró al piso. Aseguró que, ante la vista de todos, el agente le colocó la rodilla en el pecho y con la mano le apretó la cabeza contra el asfalto, por lo que casi no podía respirar.
Agregó que después, para subirlo al patrullero, un policía que luego identificó como Colautti, le habría dado golpes en las costillas, patadas en los tobillos y un puñetazo en el rostro que lo dejó sangrando.
Además, sostuvo que le dijo: “agradecé que sos menor si no, te pegaba una balaceada”. Cuando en la comisaría de Banda Norte le preguntaron a la patrulla qué le había pasado, recordó que uno de los agentes se limitó a decir: “No sé con qué se golpeó”. Los dos uniformados fueron luego imputados por vejaciones y podrían ir a juicio este año.