Matrimonio de policías alimenta a 250 chicos de Pozo Azul

Comenzaron colaborando en San Pedro y ahora abrieron su propio comedor. 

Merendero de Pozo Azul, \
Merendero de Pozo Azul, \

Un matrimonio de policías abrió un merendero para 250 chicos de Pozo Azul, anteriormente habían colaborado durante años en San Pedro. Mónica Gómez y Daniel Díaz, ambos cabos de la Policía de Misiones, con ayuda de una agrupación política ofrecen meriendas para los niños que viven en Piray, la aldea Tekoa Arandú y zonas aledañas al cruce de las rutas provinciales N°17 y N°20.

"Acá conocimos una realidad totalmente diferente, familias de la colonia muy humildes con muchas necesidades. El agua es una urgencia, siete u ocho familias usan el mismo pozo y sacan agua sucia", relató Mónica. Ante esta situación decidieron buscar más recursos para poder asistir a los pobladores de la localidad. "Juntamos ropas, mercaderías, calzados, todo lo que llega a nuestros manos es destinado a los más carenciados", aseguró la mujer.

Mónica Gómez y Daniel Diaz el matrimonio de policías que alimenta a 250 chicos de Pozo Azul.
Mónica Gómez y Daniel Diaz el matrimonio de policías que alimenta a 250 chicos de Pozo Azul.

Los merenderos funcionan los fines de semana, principalmente les sirven leche chocolatada y masas dulces caseras elaboradas por las mujeres de la zona que colaboran con el matrimonio. En un principio los agentes mantenían el lugar con ayuda de comerciantes y vecinos, pero ahora reciben ayuda del Gobierno provincial.

Mónica y Daniel alimentan a la mayoría de la comunidad aborigen, Tekoa Arandú. El cacique decidió cederles un espacio para que puedan trabajar con comodidad. La agente expresó: "Para mí llegar a la comunidad es una manera de incorporarnos y no hacer distinción. En ese merendero son 120 los chicos, fuimos recibidos con los brazos abiertos y eso significa mucho. Es lindo, porque la idea no es sólo ir y comer, sino inculcar diferentes valores, se hacen juegos y se comparte un buen momento".

La mujer contó que el deseo por ayudar comenzó cuando estaba patrullando por el barrio Cristo Resucitado de San Pedro, los alertaron de que una recién nacida había sufrido un paro cardíaco. La agente junto a su compañera llegaron al lugar antes que la ambulancia y comenzaron a practicarle Reanimación Cardiopulmonar (RCP).

Salvaron a la menor, pero tuvieron que operarla del corazón, sin embargo la familia era muy pobre, así que Mónica junto a su marido juntaron fondos para ayudar a la beba. Según explicó la uniformada esa acción los motivó a ambos para comprometerse con todos los niños de su comunidad. Según publicó El Territorio.