"Mi papá no era mi papá, pero ambos se llamaban igual: Américo". Así comenzó a contar su historia Eduardo Martín Vega (37), quien hace cuatro años descubrió de casualidad que el hombre que lo crió no era su verdadero padre biológico.
Tras una intensa investigación, en junio logró conocer a su progenitor. La historia de Eduardo es compleja como la de muchas personas que buscan descubrir sus orígenes.
Un día, este comerciante que vive en Guaymallén, fue a visitar la tumba del hombre que lo crió y educó junto a su mamá biológica y vio que sus restos no estaban allí. En el cementerio le dieron datos de los familiares del fallecido y fue como terminó dando con un sobrino de su papá de crianza quien le confesó la verdad.
"Américo Ojuez es mi verdadero papá. Cuando nos encontramos fue muy emocionante. Me dijo que él sabía de mi existencia pero que mi mamá nunca le permitió acercarse", detalló el hombre, quien ahora tiene una docena de hermanos por parte de sus progenitores.