Tatú Carreta: el Cóndor Andino Yastay y una trágica pérdida para la conservación

Se trata del primer ejemplar nacido en cautiverio en la Reserva Tatú Carreta de Casa Grande.

Tatú Carreta: el Cóndor Andino Yastay y una trágica pérdida para la conservación
Condor Tatu Carreta

El cóndor andino Yastay, de casi cinco años, fue encontrado sin vida al sur de Río Negro, tras consumir carne de oveja contaminada con Carbofuran, un agrotóxico prohibido en Argentina por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).

El cuerpo sin vida fue hallado a unos 200 kilómetros de Sierra Pailemán, junto al cadáver de la oveja envenenada. El cóndor estaba siendo monitoreado por especialistas y guardas ambientales de la región. La falta de movimiento del ave activó las alarmas de los cuidadores, quienes se movilizaron rápidamente hacia un área ubicada a 32 kilómetros al sur de El Caín, donde finalmente encontraron el cadáver.

La historia de Yastay comenzó en noviembre de 2019 en la Reserva Tatú Carreta, en Casa Grande (Punilla). Los cuidadores lograron emparentar a dos cóndores andinos heridos que no podían volar debido a heridas en las alas causadas por armas de fuego. Tras un proceso de aprendizaje en el Centro de Rescate de Fundación Temaikén, Yastay fue liberado en noviembre de 2022. Sin embargo, su vida en libertad fue tristemente corta.

Según informaron los especialistas del Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCCA), Yastay murió tras consumir Carbofuran. Este agrotóxico, aunque prohibido, es utilizado ilegalmente en cebos tóxicos por algunos protectores rurales para matar grandes carnívoros como pumas, zorros o perros. Esta práctica ilegal y peligrosa representa una amenaza significativa para la supervivencia del cóndor andino y otras especies.

“El uso ilegal de cebos tóxicos resulta la mayor amenaza de extinción para el cóndor andino”, señalaron desde el PCCA, añadiendo que otros animales también fueron afectados por la sustancia. La organización ha solicitado la intervención de las autoridades provinciales y nacionales, denunciando esta práctica aberrante que no solo pone en peligro a especies amenazadas, sino que también impacta gravemente la biodiversidad, el medio ambiente y la salud humana.