La mejor manera de optimizar el manejo del sistema suelo-planta

La optimización de la eficiencia del uso del agua se obtiene optimizando la transpiración (T) a expensas de las pérdidas por evaporación (E) del sistema suelo-planta.

Riego a demanda y acordado para Mendoza
Riego a demanda y acordado para Mendoza

En el contexto global, el uso eficiente de los recursos hídricos en la agricultura juega un papel clave si consideramos que el agua realmente utilizada por los cultivos asciende aproximadamente al 45% de la suministrada por el riego.

En este sentido, en el manejo del agroecosistema las opciones agronómicas estarán encaminadas a maximizar la disponibilidad de agua en el suelo para propósitos de transpiración y minimizar las pérdidas por evaporación y transpiración del suelo por parte de las plantas (malezas).

El aumento del contenido de humedad del suelo se puede lograr aumentando la capacidad de agua y la capacidad de retención de agua, así como la infiltración superficial y la reducción de la escorrentía. Estos objetivos se pueden lograr mediante la mejora y estabilización de la estructura y el aumento del espesor de la capa activa del suelo, corroborado por el correcto manejo de los residuos de cultivos.

Mantillo
Mantillo Foto: ON24

Una vez almacenada la reserva de agua en el suelo, las pérdidas de agua deben limitarse mediante intervenciones relacionadas con la regulación del clima, el suelo y el cultivo. En cuanto a los factores climáticos y al suelo, las intervenciones están encaminadas a reducir la evapotranspiración (E + T) y la afluencia de agua líquida a la superficie mediante:

. Hacer mantillo o cubrir el suelo con material vegetal o filamentos de plástico.

. Sombreado logrado con mallas de sombreo o mallas anti-granizo.

. Control de malezas que representan una masa vegetal transpirante que empobrece las reservas de agua del suelo.

. Trabajo de superficie realizado a una profundidad de 10-15 cm tanto en pre-siembra (rastra) como en presencia del cultivo (deshierbe) muy eficaz para eliminar las malas hierbas, reducir la ET y favorecer la infiltración del agua de lluvia.

. Mantenimiento de la reserva de carbono orgánico en el suelo.

suelos
suelos Foto: ON24

El carbono orgánico es un componente de la materia orgánica del suelo que constituye una pequeña porción del suelo pero juega un papel vital en la función física, química y biológica del suelo y entre múltiples funciones, contribuye a la retención y la disponibilidad de agua.

El contenido de carbono en los suelos agrícolas se puede aumentar mediante la adopción de las denominadas prácticas de manejo recomendadas (Rmp), que consisten en: labranza mínima, “labranza cero” (sin labranza ), cultivos de cobertura e insumos externos como compost y biochar (Biochar es el nombre que recibe el carbón vegetal cuando es empleado como enmienda para el suelo).