Tiene 22 años y busca por todo el país a quienes la abandonaron en un tren cuando era bebé

A Lucía Gurevich la encontraron en un tren que unía Tucumán con Retiro en 1998.

Foto de Lucía Gurevich.
Foto de Lucía Gurevich.

La historia de Lucía Gurevich supera a cualquier película o serie que se te pueda cruzar por la cabeza. La joven porteña fue encontrada en un vagón del tren Mitre con apenas un año y ahora, 22 años después, intenta localizar a la persona que la dejó ahí para poder tener respuestas y agradecerle.

Si bien Lucía sabe que su búsqueda es complicada, no pierde las esperanzas. No cuenta con muchos datos ya que según los registros, su vida comenzó en el momento que un empleado ferroviario de Retiro la encontró sentada junto a sus pinturitas en el vagón de primera clase en 1998.

Lucía Gurevich, a sus 22 años quiere conocer su origen.
Lucía Gurevich, a sus 22 años quiere conocer su origen.

"Empecé la búsqueda porque vi una publicación de una chica en redes que quería saber la historia de su familia biológica, pero con resentimiento. Por eso me propuse hacerlo desde el lado del agradecimiento porque me dieron una segunda oportunidad y acá estoy con mi familia", dijo Lucía con mucha paz y dulzura a Vía País.

La pequeña que llegó a la estación de tren el 2 de octubre de 1998 no tenía documentos con ella. El hombre que la encontró junto con su mujer la llevaron a la Policía y de allí al Hospital Argerich, donde estimaron que tenía un año y tres meses.

Fotos de Lucía Gurevich
Fotos de Lucía Gurevich

Nadie sabe en que parte del recorrido dejaron a la niña: el tren de la empresa Tufesa inició su viaje en Tucumán y terminó en Retiro por lo que la búsqueda de sus orígenes se extiende a lo largo y ancho de Argentina.

Lucía se muestra segura y fuerte al hablar de su historia. Esto no solo se basa en su forma de ver la vida, sino que tiene los cimientos en la educación y diálogo que siempre tuvo con sus padres: "La adopción nunca fue un tabú".

A esta edad, Lucía ya estaba junto a su familia en Buenos Aires.
A esta edad, Lucía ya estaba junto a su familia en Buenos Aires.

"Sé desde chica que fui adoptada. Creo que a los tres años le pregunté en mi  papá, cuando estaba miraban TV, si yo venía de la panza de mi mamá", recuerda y agrega: "Se quedó mudo por lo que fui y le pregunté a mi mamá. Ella me explicó que no me pudo tener en su panza pero que otra persona no me podía cuidar, me dejó con ellos".

Desde ese momento hasta la adolescencia, Lucía se imaginaba que alguien la había dejado en una canasta en la puerta de algún Hogar de Menores o instituciones por el estilo, pero sus papás cuando cumplió 16 años, le contaron como fue que "apareció" en sus vidas.

Fotos de Lucía Gurevich
Fotos de Lucía Gurevich

"Me impactó, me enoje y me puse mal por unos dos días... Pero después me puse en lugar de ellos y lo duro que debe haber sido contármelo", recuerda la joven que ahora es chef y pastelera. Ante esta revelación, Lucía pidió ver su expediente "para buscar a esta persona, preguntarle el por qué y agradecerle".

Pero en esos papeles no encontró datos que la orientaran por eso comenzó su búsqueda en las redes. "Recibí muchos mensajes de apoyo, de personas contándome su historia", comenta y agrega que a los cinco días de que su caso trascendiera apareció el hombre que la vio en Retiro.

"Fue sorpresivo. Es la persona que me encontró y no me pudo adoptar porque no habían hecho el proceso correspondiente", dijo y detalló que el contacto fue telefónico y que hubo mucha emoción. "Me dijeron que los ayudé a cerrar la historia, porque después de que me dejaron en el hospital no supieron mas nada de mi", comenta.

Esta es la primera foto de Lucía.
Esta es la primera foto de Lucía.

Este señor no tenía datos de su pasado pero si tenía algo que Lucía nunca había visto: su primera foto. "Con mi familia no descartamos encontrarnos con ellos cuando termine la cuarentena", señala.

La joven espera que la historia llegue a oídos de que quien la dejó en el tren o algún conocido para poder cumplir su objetivo que es agradecer. Ella resalta que siente que lo vivido fue para protegerla de algo, por eso no juzga. Además, esto hizo que llegara a los brazos de su familia.

"Quiero decirle que no tenga miedo de aparecer. Que gente que juzga siempre va a haber pero que yo no tengo resentimiento. Le quiero dar las gracias de corazón, que sepa que estoy bien, pero quiero decírselo en persona", aseguró.