Coronavirus: afirman que las terapias con anticuerpos son clave para complementar con las vacunas

Los tratamientos pretenden “proporcionar anticuerpos bloqueantes para detener la progresión del virus y evitar que la enfermedad avance y se agrave”.

Tratamiento a base de anticuerpos monoclonales
Tratamiento a base de anticuerpos monoclonales Foto: AP

Científicos del Reino Unido se encuentran ultimando un nuevo fármaco que podría evitar que alguien que ha estado expuesto al coronavirus adquiera la enfermedad. Se trata de la versión europea de las terapias basadas en anticuerpos de los laboratorios estadounidenses Regeneron y Eli Lilly, que ya obtuvieron la autorización por trámite de urgencia de la Agencia de Alimentos y Fármacos de EE.UU.

El tratamiento es desarrollado por UCLH y AstraZeneca en la unidad de virología del University College London Hospitals NHS Trust. “Hasta la fecha hemos inyectado a 10 participantes que estuvieron expuestos al virus en el hogar, en un centro de atención médica o en las residencias de estudiantes”, explicó la viróloga que dirige las pruebas, Catherine Houlihan, a The Guardian.

Tratamiento a base de anticuerpos monoclonales
Tratamiento a base de anticuerpos monoclonales Foto: Henry Ford Health System / AFP

El equipo de la unidad de virología espera que el ensayo demuestre que el cóctel de anticuerpos puede proteger contra el COVID-19 durante un período de entre 6 y 12 meses. Según los pronósticos de los científicos, el medicamento, previa aprobación del regulador, podría estar disponible en marzo o abril.

Principales pacientes a tratar

“La ventaja de este fármaco es que proporciona anticuerpos inmediatos”, indicó Houlihan, señalando que las vacunas de Pfizer y Oxford no confieren la inmunidad completa hasta después de un mes. La protección inmediata postexposición al virus sería especialmente útil para tratar a personas inmunodeprimidas (cuya vacunación no está recomendada) o contener brotes en residencias que no hayan sido objeto de vacunación.

Por su parte, Tomas Pumarola, jefe de microbiología del Vall d’Hebron puntualizó: “Para acabar con la pandemia la solución es una inmunidad poblacional muy alta, del 70 o el 80%, y esto se consigue con la vacuna y no con anticuerpos monoclonales. La terapia con anticuerpos solo tiene utilidad en determinadas situaciones”, afirmó.

Laboratorios Ely Lilly, autorizado en EE.UU. Foto: AP
Laboratorios Ely Lilly, autorizado en EE.UU. Foto: AP Foto: Ely Lilly

El inconveniente

Según explica Pumarola, el inconveniente de la terapia con anticuerpos se debe a que su efecto es relativamente corto, dado que el cuerpo los elimina y por otra parte, el proceso de producción es complejo y costoso, lo que impide una distribución masiva.

El fármaco de Eli Lilly cuesta 1.250 dólares por paciente y está indicado durante los primeros días de la infección, cuando la carga viral en el organismo es más alta. El anticuerpo, denominado bamlanivimab y que se administra en una única inyección endovenosa, neutraliza el coronavirus bloqueando su proteína S.

Por su parte, el medicamento de UCLH y AstraZeneca consiste en una combinación de anticuerpos de acción prolongada conocida como AZD7442. En lugar de anticuerpos producidos por el cuerpo para ayudar a frenar una infección, en el cóctel se utilizan anticuerpos monoclonales (creados en laboratorio).

Tratamiento a base de anticuerpos monoclonales
Tratamiento a base de anticuerpos monoclonales Foto: AP

Anticuerpos Monoclonales

La búsqueda de anticuerpos monoclonales está en marcha desde el inicio de la pandemia en cientos de laboratorios. Uno de los grupos que trabaja en esta línea es el consorcio que han formado Grifols, IrsiCaixa, el Barcelona Supercomputing Center y el Centre de Recerca en Sanitat Animal del IRTA-CReSA. Su investigación –dirigida por Julià Blanco, del equipo de Bonaventura Clotet en Irsicaixa– está en fase preclínica, en experimentación con animales.

Si la vacuna induce a generar anticuerpos, un proceso que necesita unos días, estos tratamientos pretenden “proporcionar esos anticuerpos bloqueantes que actúan inmediatamente. Sobre todo, para detener la progresión del virus y evitar que la enfermedad avance y se agrave. Pero también para prevenir la infección en los contactos íntimos”, detalla Bonaventura Clotet.

En este marco, añadió: “Serán muy importantes para cubrir donde no llegue la vacuna. Sabemos aún poco de la durabilidad de la vacuna y de la respuesta que tenga en las personas mayores, que siempre suele ser peor. La vacuna no lo va a solucionar todo y necesitamos avanzar en estos tratamientos”.