El apodo de Ricardo Darín que muy pocas personas recuerdan

Corría la década del ‘80 cuando el joven Ricardo Darín conquistaría con sus encantos a los millones de televidentes argentinos. Luego, a fines de los ‘90, lograría consagrarse como toda una estrella de la pantalla grande.

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Fue su papel en la película Nueve reinas lo que lo catapultó a la fama y le valió reconocimiento internacional, aunque su carrera abarca más de cuatro décadas. A lo largo de los años son muchos los éxitos que se pueden enumerar, por lo que no caben dudas que es una de las estrellas indiscutidas del cine argentino.

En este sentido, protagonizó cuatro filmes nominados al Oscar, el máximo galardón de la industria del cine comercial hollywoodense. Fue Relatos Salvajes la única que lo consiguió, pero no sería de extrañar que en un futuro él logre conquistar el premio a Mejor Actor.

Gracias a esa película, Ricardo pasó a ser llamado por muchos como “Bombita”. Este apodo se debe a su mítico personaje, un ingeniero y padre de familia al que una serie de eventos desafortunados terminarán por colmar su paciencia y hacerlo explotar.

¿Cómo era la historia de “Bombita” en Relatos Salvajes?

“Bombita” es uno de los segmentos de la película Relatos Salvajes dirigida por Damián Szifron en 2014. Este segmento en particular sigue la historia de Simón Fischer, interpretado por Ricardo Darín, un ingeniero especializado en demolición. La trama se desarrolla de la siguiente manera:

Simón Fischer es un hombre tranquilo y educado que vive una vida normal. Un día, su automóvil es remolcado sin previo aviso desde una zona de estacionamiento donde él creía que estaba permitido estacionar. Simón intenta resolver la situación en la oficina de tráfico, pero se encuentra con una burocracia absurda y despiadada.

Este es el verdadero nombre de Ricardo Darín

Después de varios intentos fallidos para recuperar su automóvil de manera legal, se da cuenta de que el sistema está diseñado para aprovecharse de la gente común y corriente. Esto desencadena una serie de eventos que lo llevan a un estado de frustración y desesperación.

Finalmente, Simón decide tomar la justicia por sus propias manos. Se embarca en una misión para vengarse de aquellos que han abusado de su situación. En un giro oscuro y cómico, utiliza sus habilidades como experto en demolición para llevar a cabo una serie de venganzas destructivas, dirigiendo su ira contra la infraestructura que él ve como responsable de su sufrimiento.