Luego de dos años, comenzará el juicio contra Hugo Edgardo Pernini, el sacerdote sanjuanino acusado de manosear y violar en reiteradas ocasiones a un adolescente dentro del predio de su parroquia en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa. Actualmente el cura goza de libertad, a pesar de afrontar graves delitos que podrían tener una condena de hasta 20 años de cárcel.
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Según publicó Tiempo de San Juan, el debate está pautado para este martes por la mañana en una sala de los Tribunales de Santa Rosa. Allí, los fiscales Walter Martos y Oscar Cazanave acusan al sacerdote de 58 años por los presuntos delitos de abuso sexual simple, gravemente ultrajante, y con acceso carnal, agravado por ser cometido por un ministro de culto. A pesar de las graves imputaciones, Pernini nunca estuvo detenido.
La presunta víctima es un hombre de 31 años que denunció que fue abusado por el cura mientras formaba parte del grupo juvenil Espíritu Santo de la Parroquia de Nuestra Señora de Luján, en La Pampa. Allí, Pernini era muy conocido y daba misa en otras dos parroquias. Además, era capellán en la Unidad Nº 4 del Servicio Penitenciario Federal y está radicado en esa provincia desde hace muchos años. Sin embargo, Pernini nació en San Juan y vivió toda su niñez y adolescencia en la casa paterna, ubicada en calle Arenales en Villa del Carril, en Capital. Es hijo de una familia católica y luego de finalizar el secundario se fue a estudiar a San Luis en el seminario diocesano de esa provincia, para después recibirse de sacerdote. A partir de ese momento, se mudó a La Pampa, donde vive hasta la fecha.
El denunciante asegura que tenía 16 años cuando se sumó al grupo juvenil y tuvo un acercamiento con el cura, quien lo invitaba a orar y a tomar mate a su casa en el mismo predio parroquial. En 2019, la presunta víctima había declarado en un medio pampeano: “Había abuso de poder. Siempre tuvo una personalidad muy psicopática, muy perversa. Como todo abusador tenía dos caras: una pública y buena, y otra, que es la que yo y otros tantos conocimos”.
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Según la denuncia, los encuentros habrían ocurrido entre 2007 y 2008. Allí, el sacerdote aprovechaba para someter sexualmente al chico. Según el testimonio del denunciante, primero empezó con manoseos pero luego fueron abusos sexuales con penetración. Años más tarde y gracias a la terapia psicológica, pudo denunciar los abusos en la Justicia y ahora comenzará el juicio.
