La historia oculta del yanqui asesinado en San Juan, contada por la viuda

Jesse Jay Cieslicki apareció sin vida tras ser masacrado a golpes con un palo de una mesa. Su pareja rompe el silencio.

Yanqui asesinado en San Juan.
Yanqui asesinado en San Juan.

El brutal asesinato de un estadounidense sigue conmocionando a todo San Juan. Jesse Jay Cieslick fue hallado muerto en su finca de San Carlos, en Sarmiento, y su pareja no se explica el trágico final. En diálogo con Tiempo de San Juan, Natalia Cepeda contó que el norteamericano vivía desde hacía cinco años en la provincia y estaba decidido a vivir de su tierra, por lo que se dedicaba a cultivar parte del terreno con plantaciones de melones. Expresó que la terrible noticia del crimen sacudió su vida de la noche a la mañana.

"El Jesse era especial, emprendedor, quería sacar provecho de la tierra que tenía, era un soñador que se cruzó con la peor gente que lo arruinó para siempre. Había sentado cabeza, dejó de consumir, de llevar una mala vida y tenía grandes proyectos por delante, pero se los arrebataron", declaró la mujer al diario digital.

Este es Jesse Jay Cieslicki, la víctima.
Este es Jesse Jay Cieslicki, la víctima.

Según Cepeda, Cieslicki era oriundo de Miami e integrante de una familia de clase trabajadora, dueña de restaurantes en el sur de Florida. Hace unos años se alejó del confort de su país para iniciar una nueva vida en San Juan, en una finca que heredó de su padre, de nacionalidad argentina, fallecido. Tenía 37 años y era padre de dos chicos de 10 y 11 años que hoy viven en Mendoza. "Era un buen patrón, tan bueno que lo agarraban de tonto y luchaba con eso. No tenía maldad, por instinto buscaba imponerse por las malas experiencias que había tenido".

El martes en la noche, preocupada porque no tenía noticias de su novio se dirigió a su casa. En el camino sonó su teléfono y el vecino le comunicó: "El Gringo está muerto". El cuerpo de su pareja fue hallado sin vida después de lo que habría sido una reunión repleta de excesos, en la que el cóctel de drogas, sexo y alcohol fueron letales para su destino. La mujer reconoce al detenido y principal sospechoso del homicidio, un tucumano de apellido Nievas, y no entiendo por qué estaban juntos si existían ciertos resentimientos de vieja data.

"El tucumano y Brisa Balmaceda habían trabajado para él a principio de año pero se alejaron después de que Jesse sospechara que el hombre le robó un celular que su madre le había regalado (un Iphone 7). Esa pareja era violenta, los dos tenían historias que contaban que habían agredido a alguien, hasta creo que el tucumano tenía antecedentes penales", apuntó Cepeda.