Protocolos de prevención y control para la fiebre amarilla en Posadas

Además se espera que para el 2019, el país genere una vacuna contra la enfermedad.

Imagen ilustrativa.
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Especialistas nacionales e internacionales en epidemiología, entomología, ambiente, análisis de laboratorio y epizootias se reunieron en Posadas para desarrollar un protocolo de control y prevención de la fiebre amarilla. Esta enfermedad provocó tres muertes el verano pasado en el país, los casos provenían del Brasil.

"Hace años que no tenemos casos de fiebre amarilla autóctonos en Argentina, pero aprovechamos este momento en que el virus no está activo para desarrollar posibles protocolos de acción por si en algún momento llegamos a tener alguno", explicó a Télam la subsecretaria de Prevención y Control de Enfermedades Inmunoprevenibles y Comunicables, Miriam Burgos.

La funcionaria aseguró que "los siete argentinos que contrajeron fiebre amarilla, tres de los cuales murieron, la trajeron de Isla Grande, en el estado de Río de Janeiro, y ninguno estaba vacunado". En el encuentro que finaliza mañana participan autoridades sanitarias y especialistas de distintas regiones del país y de Brasil que "vienen a contarnos sus experiencias con la enfermedad, lo que hicieron y lo que les parece indicado hacer y cómo proceder", afirmó Burgos.

Los expertos buscan armar "un protocolo que funcione a nivel nacional, siempre respetando el federalismo de las provincias, no sólo para saber si aparece un mono con fiebre amarilla, sino también reforzar los protocolos de prevención y control para evitarla", afirmó la médica infectóloga.

La fiebre amarilla es trasmitida por el mosquito, pero como es "considerada una enfermedad selvática" y afecta también a los monos, "éstos son un fuerte indicador a tener en cuenta", explicó y remarcó la importancia de la vacunación.

"En el NOA, y el NEA tienen en su calendario la vacuna para la fiebre amarilla. Para lograr una buena cobertura es necesario alcanzar el 95% de la población objetivo", reforzó Burgos. Este sería el primer encuentro de este tipo que se hace en América Latina, y propone "a través de distintas simulaciones en diversos escenarios ver cómo se actúa y cuáles son las principales acciones a tener en cuenta".

La especialista recordó que para fines de 2019, la Argentina producirá en el país la vacuna contra esta enfermedad. El martes pasado durante el primer día, el jefe de la unidad de Emergencias de OPS/OMS, Enrique Pérez, indicó que el riesgo de aparición de casos de fiebre amarilla en un área aumenta con la temperatura entre 14 y 20 grados, las precipitaciones abundantes y la presencia de cuencas hidrográficas.

Los expertos de Brasil, donde hay un brote del virus en distintos estados, recomendaron identificar en base a la muerte de los monos corredores ecológicos en los que es probable la circulación del virus, ya que de acuerdo a sus relevamientos, permiten prever el avance del virus y la coincidencia con la aparición de casos humanos.