El último fin de semana, La Liga de España se vio envuelta en un escándalo después de la expulsión de Vinicius Jr quien acusó de recibir insultos racistas en un partido ante el Valencia. Las imágenes se quedaron con el jugador brasileño haciendo referencia al posible descenso que atraviesa el equipo valenciano, pero todo siguió en las redes sociales.
Las imágenes rápidamente se hicieron virales por todo el mundo y el jugador del Real Madrid no dejó eso ahí y continuó en sus redes sociales con un muy fuerte mensaje para La Liga. “El premio que los racistas han ganado fue mi expulsión. No es fútbol, es LaLiga”, haciendo referencia al eslogan de la competición.
Casualmente, se trata del mismo fútbol que hace seis meses criticaba a los jugadores argentinos por hacer festejos burlándose de los jugadores franceses, tomando como punto a Emiliano “Dibu” Martínez o “Cuti” Romero por hacer foco en Kylian Mbappé.
También fueron los mismos que se mostraron “indignados” tras la celebración de los miembros de la Selección Argentina por festejar en los penales ante Países Bajos y que criticaron a Lionel Messi con el histórico “Andá pa’ allá bobo”.
Ese fútbol hoy se ve envuelto en un escándalo que no es nuevo y que es cada vez más preocupante por el efecto que tiene con jugadores que vienen de otras culturas donde se vive de una forma distinta el juego. Brasil, el caso emblemático de alegría y felicidad, hoy se ve atravesado por los insultos que reciben Vinicius y Rodrigo, las dos estrellas del Real Madrid.
El brasileño, estrella del equipo Merengue, extendió sus críticas con un durísimo posteo apuntando contra la organización. “No era la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es normal en La Liga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios la alientan”, expresó.
“El campeonato que alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy es de los racistas. Una hermosa nación, que me acogió y a la que amo, pero que accedió a exportar al mundo la imagen de un país racista. Lo siento por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas”, disparó.
Al reclamo de Vini se sumó Ronaldo, un histórico del Madrid como de la selección brasileña, que apuntó: “Una vez más un episodio de racismo en La Liga. ¿Hasta cuando? Mientras haya impunidad y connivencia, habrá racismo. Es inaceptable que los árbitros, la Federación y las autoridades también estén sin acción y que la afición aplauda una cantidad tan absurda. Suficiente”.
Incluso, el reclamo llegó a las palabras del presidente de Brasil, Lula Da Silva, quien expresó en el G7: “Quería tener un gesto de solidaridad con Vinícius Júnior, un joven que sin duda es el mejor jugador del Real Madrid y que sufre reiteradas agresiones. Espero que la FIFA y otras entidades tomen medidas para evitar que el racismo se apodere del fútbol”.
Javier Tebas, presidente de La Liga, le respondió al brasileño y señaló que “ni España ni La Liga son racistas” apuntando que se trata de casos puntuales, donde los aficionados son expulsados. Así tal cual ocurrió en el caso de los hinchas del Valencia.
“Antes de criticar e injuriar a La Liga, es necesario que te informes adecuadamente, Vinicius Jr. No te dejes manipular y asegúrate de entender bien las competencias de cada uno y el trabajo que venimos haciendo juntos”, agregó indignado Tebas.
Pero, ¿esto alcanza para frenar? Las víctimas de racismo se extienden de las fronteras de España y van más allá de los colores de piel. El caso de Vinicius es uno de los pocos que pueden dar la vuelta al globo y dejar expuesto a un país que se ve atravesado por casos de violencia por “odio”.
Para quienes piensan que esto no atrapa a los argentinos, ni nosotros nos salvamos. Poco a poco, producto de la decisión de emigrar del país que toman algunos, muchos terminan siendo víctimas del odio como ocurrió hace poco con el caso de las gemelas que se suicidaron en Barcelona.
La victoria del Mundial dejó expuesto como en las redes sociales, que es una carnicería de insultos y discriminaciones, atacaban a los argentinos con expresiones propias de otros siglos. Justamente, algo que también ocurre en este país con gente proveniente de naciones vecinas.
El odio que se “canaliza” a partir del deporte despierta lo que piensa una sociedad y es un termómetro de lo que se viene viviendo desde hace años en Europa. Ante la multitudinaria inmigración que se registra desde África, Asia o América del Sur, los ciudadanos han tomado posturas duras y buscan culpables de problemáticas de la sociedad.
Hacerse el desentendido solo agrava una situación que se vive constantemente en todas partes del mundo. No basta con echar a los hinchas solo cuando es un caso conocido, sino que deben venir cambios más estructurales.
