Rumbos
Para mamá en octubre, por Cristina Bajo
De chicos, cuando faltaba dinero, mi madre se las arreglaba para hacer platos sabrosos y nutritivos. Les dejo un plato muy rico que tuvo que improvisar una vez.
De chicos, cuando faltaba dinero, mi madre se las arreglaba para hacer platos sabrosos y nutritivos. Les dejo un plato muy rico que tuvo que improvisar una vez.
Los incas, primeros dominadores del Perú, pasaron a ser los conquistadores conquistados al llegar los españoles.
Me impresionó tanto ese poema anónimo que hasta hoy, cincuenta años depués, lo recuerdo.
Posiblemente sea Shakespeare quien nos haya dejado la más completa galería de caracteres femeninos.
La historia de dolor de aquel hombre que perdió en poco tiempo a su amada esposa y a su única hija signó mi niñez.
Septiembre es un buen mes para la ceremonia del té. Les voy a pasar dos ricas recetas para acompañarlo.
Poca gente sabe lo que en realidad fueron, en la primera mitad del S. XX, las sierras cordobesas.
Mediante las obras de teatro, el público hacía catarsis, se libraba de culpas y pecados, se purgaba de sus errores.
El hombre fue a la taberna del pueblo y cometió el error de contarle al tabernero su buena suerte.
Bajaba al poblado de vez en cuando, solo para hablar con los niños y vender las pepitas de oro que encontraba.
Durante siglos los libros han sido enterrados, quemados en pilas, en hornos, rociados con combustible.
Quizás de los relatos de mi abuela me venga a mí la atracción por los cuentos de amores y venganzas.
A mitad de la época victoriana, los grandes escritores comienzan a escribir historias sobre y para chicos.
No es fácil hallar cocina criolla que no tenga como ingrediente nuestras suculentas carnes.
Artemisia y Sofonisba se destacaban en esa casta de pintoras ignoradas por la historia del arte.
Como el guardián de un laberinto, nuestro jardinero guía a los personajes en las encrucijadas de sus vidas.
A veces, al terminar libros como el de Rodoreda, cierro los ojos y me pregunto cuándo encontraré otro tan bueno y encantadoramente alentador.
Cuando dije que quería ser novelista, mi padre me regaló un escritorio y la vieja Continental que ubicamos en aquel hermoso rincón del living.
Con el fruto de la pasionaria o mburucuyá, podemos hacer una exquisita torta de mousse y almíbar decorada con semillas y hojas.
Durante la época colonial, en este territorio que ahora llamamos Argentina, se acostumbraba enterrar a los muertos dentro de las iglesias.