El Gobierno Nacional relativizó la magnitud del paro de actividades convocado por el sindicalismo opositor y buscó politizarlo al acusar a los organizadores de estar relacionados con el kirchnerismo.
Al promediar la mañana, la medida de protesta convocada por el Frente Sindical para un Modelo Nacional (Fresimona) con el apoyo de los tres CTA se cumplía con dispar acatamiento.
El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, relativizó la convocatoria al afirmar en declaraciones a radio Mitre que "no hay un clima de paro, más que un paro estamos ante una gran movilización".
Sostuvo también que "el trabajador sabe que estamos en una situación difícil, quiere cuidar su trabajo y no quiere perder el presentismo" y que hay "un bajo acatamiento" a la medida.
El paro afecta parcialmente al transporte público: están paralizados el subte y algunas líneas de colectivos, sobre todo en el Gran Buenos Aires, pero la mayoría de los trenes circula con normalidad debido a que no adhieren la Unión Ferroviaria y La Fraternidad.
Por su parte el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, acusó al líder camionero Hugo Moyano de pretender crear un "caos" en la capital y acusó a los sindicatos convocantes de estar vinculados con el kirchnerismo.
"Intentan amenazar, amedrentar y generar violencia", afirmó. "Esto no es un paro general. Es un paro de un grupo de sindicatos en los cuales la gente no adhiere. Van a hacer lo imposible para que la gente adhiera a través de la violencia y generando miedo".