Se develó el misterio y se conoció que ni el software ni el sistema de carga rápida tuvieron algo que ver con las explosiones de los Samsung Galaxy Note 7. El motivo, tal como se sospechaba, está vinculado con la batería.
En un comienzo, se creyó que el problema tenía algo que ver con las baterías fabricadas por la filial Samsung SDI. Así fue que se retiraron estos equipos y fueron reemplazados por otros con baterías supuestamente seguras hechas por otros proveedores, pero los problemas continuaron.
Según trascendió, la falla tendría que ver con el aumento de la temperatura. Cuando la batería se recalienta puede aumentar el volumen y en los Galaxy Note no había suficiente espacio alrededor de las baterías. Estas dos cuestiones habrían derivado en las explosiones.
Samsung replicó los incendios para poder estudiar la causa de estos accidentes, y así llegó a la conclusión de que el software y el hardware del smartphone no estaban relacionados en los incidentes. La compañía dará más detalles sobre su investigación el 23 de enero, según publicó Reuters que tuvo contacto con una fuente de la empresa.