El salto de Manes y las renuncias de Bullrich y Carrió, mensajes para la interna de Juntos por el Cambio

De cara a las próximas elecciones y a las de 2023, la oposición comienza a armar un mapa de quiénes serían los candidatos.

Facundo Manes (Archivo)
Facundo Manes (Archivo)

La discusión que llevan adelante los integrantes de Juntos por el Cambio (JpC) con miras a las legislativas, y que comenzó a tomar forma en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, se desarrolla en dos grandes planos: el más obvio es el que tiene que ver con la defensa del statu quo en el Congreso para “resistir” al kirchnerismo, pero debajo de la superficie predomina el de la construcción de un presidenciable con capacidad ganar en 2023.

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Esa es la ventilación cruzada que explica el lanzamiento del médico Facundo Manes para representar a la Unión Cívica Radical (UCR), el paso al costado de Patricia Bullrich y Elisa Carrió para evitar contiendas que puedan desgastar al frente opositor.

Las ideas rectoras en la coalición indican que la unidad no debe ponerse en riesgo y que la próxima ronda electoral debe pensarse con los ojos puestos en las presidenciales. En esa tela de juicio se evalúan ahora las aspiraciones personales, las presiones partidarias, las características territoriales y las condiciones para ampliar el frente.

El calendario electoral, postergado por la pandemia del coronavirus, indica que el 24 de julio vence el plazo para presentar las nóminas de candidatos para cubrir las 127 bancas que se ponen en juego en la Cámara de Diputados y las 24 del Senado.

La discusión, en números

La misión prioritaria de JpC es retener el número en la Cámara baja. Allí, el interbloque opositor tiene superioridad con 115 legisladores, incluyendo a los de la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica (CC), Propuesta Republicana (Pro) y al aliado Eduardo Brizuela del Moral, del Frente Cívico y Social de Catamarca.

Esa situación obliga cotidianamente al oficialista Frente de Todos (FdT), que tiene 119 diputados, a sentarse a negociar para alcanzar el quórum. Es el contrapeso más importante de JpC en el Congreso, porque en el Senado el oficialismo hace valer su mayoría (41 sobre 72 bancas), aunque no dispone de los dos tercios necesarios avanzar con medidas de contenido institucional sensible, como el nombramiento de jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

El total a renovar en Diputados se compone, en su mayoría, por 60 bancas que actualmente pertenecen a la coalición opositora y 51 que posee el oficialismo. La cuenta indica que el objetivo es repetir una victoria como la del 2017, que permita conseguir esa diferencia de 8 diputados (sin contar a Brizuela del Moral cuyo mandato finaliza este año).

Tanto la UCR como el PRO ponen en juego 26 bancas, mientras que la CC, el espacio que lidera Elisa Carrió, arriesga 7.

En la provincia de Buenos Aires, donde se sabe se librará la gran batalla con el FdT, la oposición debe renovar 14 diputados (8 del Pro, 3 de la UCR y 3 de la CC); en la Ciudad Ciudad de Buenos Aires, 10; en Córdoba, 5; en Santa Fe, 5; en Mendoza, 3 y en Entre Ríos 3.

En el caso del Senado, las provincias que deberán seleccionar a sus representantes en esta ronda serán Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán.

La discusión, en clave política

Los movimientos en JpC dejaron en claro que los armados se hacen con los ojos puestos en el 2023. El ejemplo más claro es del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien irrumpió en las discusiones en el territorio bonaerense para promover a sus propios candidatos.

El mandatario porteño incluso designó a su ladero Diego Santilli para ponerse al frente de la incursión en la provincia de Buenos Aires y convocó a la ex gobernadora María Eugenia Vidal para encabezar la lista de diputados en la Ciudad.

Santilli emprendió la misión y hasta deslizó su interés por ser candidato a gobernador y Vidal se reunió con Mauricio Macri para rechazar su pedido de ser candidata en la provincia.

Pero la apuesta de Rodríguez Larreta para avanzar con su armado no tardó en instalar tensiones: el intendente de Vicente López Jorge Macri decidió confrontar a Santilli y dijo que es “mejor candidato”; la líder de la CC Elisa Carrió criticó el “destrato” del Pro hacia sus socios de la coalición; y, para resistir, los radicales apuraron la operación de seducción con la que lograron que el neurocientífico Facundo Manes sea precandidato a diputado.

“Es tiempo de estar presentes. Por eso decidí aceptar la invitación que me hizo la Unión Cívica Radical y participar en las próximas elecciones. Se viene un nuevo país, un nuevo mundo. Hay que pensarlo, armarlo, explicarlo y sobre todo, hacerlo”, planteó Manes.

La titular del GEN, Margarita Stolbizer, consideró que la precandidatura del médico representa una garantía para acercarse a JpC. Ella es de las que creen que en las Legislativas se juega la estrategia para el 2023 y se mostró decidida a participar en ese armado.

El salto de Manes toma sentido en el vigente juego de fuerzas, donde el Pro está convencido del posicionamiento de Rodríguez Larreta. En el partido que fundó Mauricio Macri afirman que el mandatario porteño es el presidenciable del espacio opositor y que, tarde o temprano, los socios de JpC deberán aceptar esa condición y el peso de su palabra en la definición de los candidatos.

Horacio Rodriguez Larreta (Foto: Federico Lopez Claro)
Horacio Rodriguez Larreta (Foto: Federico Lopez Claro) Foto: FEDERICO LOPEZ CLARO

Pero también reconocen la influencia de la coyuntura en ese camino. Creen que, si la economía no remonta y la crisis social se profundiza, el ánimo del electorado podría buscar figuras más combativas. Bajo esa lógica, si Rodríguez Larreta es el representante de los dialoguistas, más conocidos como las palomas, Patricia Bullrich está en la vereda opuesta, la de los halcones.

La presidenta del Pro es un actor central en las deliberaciones. Ella fue personalmente a conversar con los intendentes bonaerenses que se encolumnaron detrás de Santilli y con sus pares que apoyan a Jorge Macri para tratar de calmar los ánimos. Y este sábado confirmó que se baja de su candidatura a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, lugar que ocuparía ahora Vidal.

Yo decido no ser candidata para potenciar mi responsabilidad y mi compromiso político. Para hacer mío, con más libertad y fuerza, el afianzamiento de la esperanza de una sociedad que quiere salir, de una buena vez, del populismo y trabajar para superar la pobreza, la inflación, la corrupción, el delito como forma de gobierno, la sumisión de la Ley a la perversión del poder, la destrucción de la cultura del esfuerzo, la mediocridad actual de la educación”, anunció la ex ministra de Seguridad.

Y aclaró: “Apuesto al 2023; apuesto a llegar a cada hogar de nuestra Argentina y llevar una propuesta innovadora, que abracen con entusiasmo millones de ciudadanos, hartos y agobiados por lo que nos pasa como país”.

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Los movimientos de Manes y de Bullrich provocaron un efecto dominó con resultados inmediatos: Carrió también decidió olvidarse de si intención para encabezar la lista a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Lo hizo sin olvidarse de las críticas que lanzó contra el médico radical, a quien acusó de buscar un ataco para pelear por la Presidencia o, como graficó, querer “llegar a la Casa Rosada en helicóptero”.

Habiendo fracasado en el intento de Unidad, renuncio a cualquier candidatura. La Argentina no puede partirse y Juntos por el Cambio no puede convertirse en una guerra de posiciones políticas”, planteó este sábado la líder de la CC.

El propio gobernador de Jujuy Gerardo Morales aprovechó su reciente victoria en las legislativas de su provincia para advertirle al Pro, y particularmente a Rodríguez Larreta, que la UCR tiene capacidad para instalar un presidenciable. Sacó a relucir sus capacidades para sumarse a esa carrera, pero también mencionó a Manes y al senador porteño Martín Lousteu.

De cualquier manera, las definiciones en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires representan un mensaje para las deliberaciones en el resto de las jurisdicciones, donde aún se ponderan las necesidades locales.

Lejos del 2017

Aunque el objetivo numérico es conservar lo que se ganó en el triunfo de 2017, el escenario es completamente distinto, primero, porque en aquella oportunidad el rival fue un peronismo absolutamente fragmentado, y segundo, porque ahora pesan los duros cuestionamientos contra el rumbo económico que emprendió el gobierno de Mauricio Macri a partir de la crisis que se instaló en 2018.

En aquel entonces, el frente Cambiemos se impuso con el 41,75% de los votos sobre Unidad Ciudadana (19,81%), armado que llevó como candidata a senadora a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires (donde perdió contra la nómina que encabezó Esteban Bullrich), en segundo lugar quedó el Frente Justicialista (13,1%) y detrás el espacio 1País que lideró Sergio Massa.

Por la Corresponsalía de Buenos Aires