La enfermera que cuidaba a Diego Armando Maradona durante el día y que fue la primera en intentar reanimarlo cuando hace casi siete meses falleció en la casa de un country de Tigre, ratificó este miércoles que nunca pudo tomarle los signos vitales, que tenía una mala relación con él y que las personas que lo acompañaban no la dejaban ingresar a su habitación.
// Mirá también: Indagaron a uno de los enfermeros que cuidó a Maradona en sus últimas horas y complicó a tres imputados
Dahiana Gisela Madrid (36) fue indagada hoy durante más de cinco horas como acusada de “homicidio simple con dolo eventual”, en perjuicio del exastro del fútbol mundial, un delito que la podría llevar a la cárcel en un futuro juicio oral entre 8 y 25 años.
Su abogado, Rodolfo Baqué, sostuvo en rueda de prensa en la puerta de la Fiscalía que su defendida iba a “contestar todas las preguntas”. “Es un expediente con treinta cuerpos y vamos a pedir inmediatamente terminada la declaración el sobreseimiento de Madrid”, informó Baqué.
Según el abogado, la enfermera “habló doce horas en su vida con Maradona”. “Todos los médicos tratantes y todas las persona del círculo que vivía en la casa, más Maradona, le prohibieron tratarlo”, aseguró.
Según Baqué, Madrid “solamente le suministraba la medicación psiquiátrica, medicación que en la autopsia apareció que había digerido el paciente”.
“Entonces acusarla por homicidio con dolo eventual, es decir, queriendo matarlo...Queremos que el juez pueda escuchar de boca de ella que esta acusación es errónea respecto de ella”, agregó.
Los siete imputados por la Justicia en la causa de la muerte del astro del fútbol son el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, la médica que coordinaba la internación domiciliaria del exfutbolista, Nancy Forlini, el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni, y los enfermeros Ricardo Omar Almirón y Dahiana Gisela Madri.
La ronda de declaraciones de los siete imputados comenzó este lunes y finalizará el 28 de junio con la declaración del neurocirujano Leopoldo Luque.
En mayo se presentó el informe de una junta médica compuesta por once peritos, que evaluaron las circunstancias de la muerte del astro y concluyeron que el desempeño del equipo de salud que asistía a Maradona fue “inadecuado, deficiente y temerario”, y que abandonó “a la suerte el estado de salud del paciente”.
La autopsia al cuerpo del excapitán y exseleccionador de Argentina determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”.
Maradona padecía problemas de adicción al alcohol, había sido ingresado en una clínica de La Plata el 2 de noviembre de 2020 por un cuadro de anemia y deshidratación y un día después fue trasladado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado por un hematoma subdural.
El 11 de noviembre recibió el alta médica y se trasladó a una casa en un barrio privado de las afueras de Buenos Aires, donde falleció el 25 de noviembre.
En su llamado a indagatoria, los fiscales le atribuyeron tanto a Madrid como al enfermero Ricardo Omar Almirón el no haber asistido a Maradona “a sabiendas de su delicada situación y con conocimiento que esa omisión podía provocar su muerte”.
También se les atribuye haber realizado “chequeos y/o revisaciones deficitarias” y haber actuado “en clara complicidad con la finalidad delictiva del plan” ideado por otros imputados.
// Mirá también: Leopoldo Luque dijo que se “responsabiliza” de lo que hizo por Diego Maradona antes de su muerte
En su primera declaración como testigo, Dahiana Madrid explicó que aquella mañana del 25 de noviembre nunca ingresó a la habitación de Maradona para dejarlo descansar porque sabía que al mediodía irían la psiquiatra y el psicólogo, y relató cómo ella misma encabezó las maniobras de RCP que fueron infructuosas.
No obstante, los fiscales volvieron a citarla cuando descubrieron que había escrito un informe para “Medidom” en el que constaba que aquella mañana había intentado controlar a Maradona y que él se había negado.
En aquella segunda testimonial, Madrid reconoció que ese informe era trucho y que lo hizo por pedido de su supervisor, Mariano Ariel Perroni. ”Hice un reporte en la casa de Maradona, tras haber declarado en la fiscalía porque es lo que me indicó Mariano, el coordinador. Dije que intenté tomarle los signos vitales y él no me dejó, pero la verdad es que eso no pasó”, declaró.
Además, contó que en las dos semanas que trabajó en lo de Maradona “nunca” llegó a revisarlo, que su función se limitaba a administrar medicación y que con ella Diego “no tenía buena relación”, ya que cada vez que la veía, decía: “A esta piba no la quiero ver, que se vaya”.
También cargó contra el dispositivo montado en la casa al señalar: “No teníamos oxígeno ni medicación. Por eso hicimos respiración boca a boca. No teníamos elementos para casos de paro”.
Próximas indagatorias
Después de Madrid y de Perroni, el cronograma de indagatorias continuará el lunes 21 de junio con la médica Forlini; el miércoles 23 con el psicólogo Carlos Ángel “Charly” Díaz; el viernes 25 con la psiquiatra Agustina Cosachov; y el lunes 28 con el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque.
La autopsia determinó que Maradona murió a los 60 años murió a raíz de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
Por su parte, una junta médica concluyó que era un paciente con pluripatologías que agonizó 12 horas antes de su muerte, que lo de la casa de del country San Andrés no era una internación domiciliaria y que pudo haber tenido “más chances de sobrevida” si hubiera estado en una clínica.
Además, calificaron al equipo médico tratante como “deficiente”, “temerario” e “indiferente” ante la posibilidad cierta de su muerte y que lo abandonaron “a la suerte”.
Con información de Télam.