Día Mundial del Corazón: 7 aspectos a tener en cuenta para mantenerlo sano

El 90% de los infartos es causado por uno o varios de estos factores: tabaquismo, obesidad, diabetes, sedentarismo, colesterol alto e hipertensión arterial.

Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, una fecha destinada a generar conciencia e impulsar acciones preventivas para reducir la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, que actualmente constituyen la primera causa de muerte en el mundo.

Según las estadísticas, el 90% de los infartos se ocasiona por uno o varios de los siguientes factores de riesgo: tabaquismo, obesidad, diabetes, sedentarismo, dislipemias e hipertensión arterial.

En el caso de los pacientes hipertensos, tienen 4,6 veces más probabilidades de sufrir un infarto agudo de miocardio.

¿Por qué es tan importante cuidar nuestro corazón? Porque actúa como una bomba que impulsa la sangre hacia los demás órganos, tejidos y células del organismo.

"La sangre bombeada por el corazón suministra oxígeno y nutrientes a cada célula y recoge el dióxido de carbono y las sustancias de desecho producidas por esas células, pero si el flujo de sangre al corazón disminuye o se detiene o el ritmo de los latidos se altera, podría peligrar la vida", asegura el Dr Manuel Molina Pico, Director Médico de vittal.

En este sentido, podemos decir que el corazón es como el motor de un auto: la forma en que se trate determinará cuánto tiempo funcionará y de qué manera.

Según el Dr Molina Pico, los principales ejes que debemos tener en cuenta para mantener nuestro corazón fuerte y sano son:

1- Hacer ejercicio

Hacer ejercicio aeróbico (caminatas rápidas, trote o ciclismo) por lo menos tres veces por semana durante 30 minutos es esencial para fortalecer el corazón. Realizar actividad física por períodos cortos que juntos sumen 30 minutos por día es tan beneficiosos para la salud como la práctica continua.

realizar ejercicios para acompañar a una dieta balanceada
realizar ejercicios para acompañar a una dieta balanceada

2- Llevar una dieta balanceada

Seguir una alimentación equilibrada puede ayudar a disminuir tres de los principales factores de las enfermedades del corazón: colesterol elevado, hipertensión arterial y exceso de peso. Los hábitos saludables incluyen limitar el consumo diario de sal e incorporar frutas, verduras, cereales, carnes magras y pescado. Se aconseja asimismo reducir el consumo de grasa (especialmente grasa saturada) y colesterol (carnes rojas, grasas, leche entera, quesos elaborados con leche entera, huevos, platos a base de crema y postres que contengan mucha grasa).

Por otra parte, el exceso de colesterol en sangre que se acumula en las paredes de las arterias es un factor determinante en la aparición de la enfermedad cardiovascular. La prevención es algo tan sencillo como comer de forma saludable, controlar el peso y hacer ejercicio físico. En los casos que así se requiera, se dispone actualmente de una amplia variedad de fármacos que regulan los niveles de colesterol.

Realizar una dieta balanceada
Realizar una dieta balanceada

3- Consumir alcohol de manera responsable

Excederse de un consumo moderado de alcohol puede ocasionar problemas relacionados con el corazón, tales como presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares, latidos irregulares y cardiomiopatía (enfermedad del músculo cardíaco). Las calorías del alcohol a menudo aumentan la grasa corporal, lo cual puede, a su vez, incrementar el riesgo cardiovascular. Es por eso que se recomienda siempre beber de forma moderada.

4- Evitar el estrés

En los momentos de estrés, el corazón se acelera y aumenta la presión arterial. Cuando esto sucede, el corazón necesita más oxígeno. El estrés también puede dañar las arterias debido a una mayor producción de hormonas y a un aumento del flujo sanguíneo durante la respuesta al estrés, empeorando las enfermedades del corazón.

5- Descansar bien

Las personas que no logran conciliar bien el sueño tienen un alto riesgo de sufrir taquicardias. Además, el dormir mal es un círculo vicioso, ya que genera una sensación de ansiedad que puede conducir a hábitos alimenticios poco saludables.

6- Vigilar la tensión arterial

La hipertensión arterial es la elevación, mantenida en el tiempo, de la presión arterial sistólica (que se conoce como la máxima) y/o de la diastólica (conocida como la mínima). Habitualmente no da ningún síntoma, pero es importante detectarla y tratarla porque se relaciona con enfermedades cardíacas potencialmente graves como insuficiencia cardíaca y el infarto de miocardio.

7- Realizarse un chequeo médico preventivo anual

A partir de los 40 años es recomendable la realización de revisiones médicas de forma exhaustiva y periódica, especialmente en personas con factores de riesgo como son antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, hipertensión, colesterol, diabetes, obesidad y tabaquismo.

¿Cómo actuar frente a un paro cardíaco?

Al sufrir un paro cardíaco súbito, la persona afectada se desploma, pierde la conciencia, deja de responder, de respirar normalmente y no tiene pulso. Frente a estas señales de alerta, según explica el Dr Molina Pico, lo primero que hay que hacer es llamar al 107 o al número local de emergencias médicas y comenzar rápidamente las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).

Por cada minuto de demora en comenzar las maniobras de RCP se pierde un 10% de posibilidad de sobrevida

El servicio de emergencias de Vittal cuenta cómo realizar paso a paso las maniobras de RCP:

- Chequear que la escena sea segura para uno.

- Asegurarse de que la víctima se encuentre sobre a una superficie firme.

- Si la persona no respira con normalidad, o no respira, colocarse de rodillas de manera perpendicular al cuerpo de la víctima o poner una mano sobre el centro del pecho y la otra por encima. Con los brazos firmes y sin flexionar los codos, comenzar a realizar compresiones con fuerza, rápidamente y de forma constante (el ritmo y frecuencia debe ser de, al menos, 100 compresiones por minuto). Tratar de hacerlo hasta que la víctima se recupere, o hasta la llegada de la ambulancia. Si es posible y existe la disponibilidad, emplear un Desfibrilador Externo Automático (DEA).