El presidente Mauricio Macri desplazó a dos funcionarios tras la marcha de la CGT en contra de su Gobierno. Uno de ellos es el segundo más importante del ministerio de Trabajo, Ezequiel Sabor. Además, el superintendente de Salud, Luis Scervino, un hombre de confianza de los sindicatos que manejaba la multimillonaria caja de las obras sociales.
La baja de Sabor es la primera pérdida importante que se da dentro del ministerio de Trabajo, que comanda Jorge Triaca, luego de la movilización de sindicatos en la ciudad de Buenos Aires. El aún Secretario de Trabajo es un miembro histórico del PRO, la fuerza política creada por Macri. Fue subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio porteño entre el 2011 y el 2015, entre otras funciones.
El otro funcionario es uno de los que más relación tienen con los sindicatos. Scervino está ligado al titular de los trabajadores de AySA, José Luis Lingeri, un hombre fuerte de la entidad gremial. Su función no es menor. Desde allí, se controla un presupuesto anual de 7 mil millones de pesos de distintos programas de salud entre todas las obras sociales sindicales.
Además de ser del riñón de Lingeri, Scervino colaboró a través de una empresa que creó a mediados de los 90 con los sindicatos de Camioneros, de Hugo Moyano, y de la UOM, de Antonio Caló.