Quique Pesoa, el reconocido periodista nacido en Rosario, realizó una entrevista íntima a Tanu, su hijo trans que vive en Italia. En el relato, el joven detalló cómo fue su transición, la ayuda que le brindó su familia y desmontó mitos en torno a un tema tabú.
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“Muchos piensan que de un día para el otro se cambia el género, pero en mi caso fue difícil. Yo tenía una imagen estereotipada de la cabeza de la tipa lesbiana, marimacho y me daba miedo, porque nunca fui así”, comenzó diciendo Tanu en el programa radical de su padre “El Desconcierto”, emitido por Radio Nacional.
“Fui mujer feliz durante mis primeros 17 años y me identifiqué con las cosas de mujer, entre comillas, y también jugué con autitos. En casa nunca me obligaron a hacer cosas: ‘Hablá más bajo’, ‘Ponete un vestido’”, dijo el muchacho en la entrevista que Pesoa le hizo como si fuera un invitado más del programa, y no su hijo.
“No sentí la femineidad forzada. Vi las dos cosas y la elegí. Y esa línea de femineidad que tuve siempre no me impidió empezar a sentirme hombre, un hombre muy femenino, y fue una patada en los huevos que no tengo. Pensé: ‘Tengo un problema, un trastorno de personalidad’”, continuó.
Tras ese primer momento, admitió que llegó una etapa de negación absoluta. “Me decía ‘no soy un chico, no puede ser’, y si es así, ‘es un par de meses, una fase’. Estuve un año negándolo absolutamente, diciendo que no podía ser porque no soy el estereotipo de hombre trans que tiraba sociedad, que su adolescencia es de mujer medio marimacho, que existen, pero que no es la realidad absoluta”, destacó.
Reconoció que fueron meses de terapia, negación y sufrimiento, en los que tuvo momentos suicidas. “No estaba confundido: siempre pienso que me gusta todo, la persona no me gusta por su género sino por su persona. Me enamoré de hombres, mujeres, gente que no se identifica con ninguno de los dos géneros”, dijo a la distancia.
“En esta suerte de libertad que siempre te dimos, o nosotros creemos que te dimos, capaz pasaba por tu dormitorio y te encontraba jugando con una nena de tu edad en la cama, besándose, y es esto: que desde ese momento te gustaban tirios y troyanos”, señaló Quique Pesoa, a lo que su hijo respondió: “Sí. A casa llevé noviecitos y noviecitas, relaciones serias y no; todos eran siempre bienvenidos a mi casa. Mi primera relación con una mujer, a los 15, la llevé a casa. Y antes, con un hombre, también. Nunca hubo problema de pensar: ‘Si me gusta una mujer mis papás me van a matar’. Tuve la suerte y el privilegio de crecer con una familia que nunca me puso un límite con eso”.
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En esta línea Tanu explicó que transexualidad no implica neceisariamente cambiar de sexo. “Género y sexualidad son dos cosas que no van de la mano. Hay días en los que pienso en una terapia hormonal y días en los que no, que confío en mi género, de un hombre. Es difícil de entender porque no dejo de hacer las cosas de antes. Cambié de género, pero soy el mismo”, señaló el joven que vive en Bologna y está en pareja.
Por último, Pesoa bromeó: “Mocosa de porquería, ¿no te da vergüenza hablar esto con tu padre?”. Y su hijo le respondió: “Debe haber alguien que te escucha y me escucha, y se acuerda de Catalina, la nenita rubia, chiquita, y estuve en tu programa y pensé que ya que lo aceptamos en la familia y ahora es Tanu, podíamos contar qué pasó con Catalina, y abrir el tema”.