Del 1 al 7 de mayo se celebra en Argentina la “Semana del alfajor”, un tributo a la golosina más icónica del país. Los clásicos perduran entre las cientos de variedades y el alfajor santafesino, con su masa fina y su particular baño merengado, sigue siendo uno de los preferidos.
Los hay rellenos con dulce de leche, frutas, helado, mermeladas y hasta con fernet; bañados de chocolate negro, blanco, glaseados y con cubierta de frutos secos. Los alfajores son delicias en todas y cada una de sus formas y por eso son reconocidos como la “golosina nacional” argentina.
Además, muchos cargan consigo una historia o particularidad que le agrega un qué se yo de sabor especial. Por ejemplo, hay seguidores de ciertas marcas, nostálgicos de las que ya no existen, fundamentalistas del relleno y amantes de las recetas clásicas.
El alfajor santafesino: un clásico con herencia constitucional
Santa Fe cuenta con una de las variedades más particulares y antiguas de alfajor, compuesta de un bizcocho tipo galleta, relleno de mucho dulce de leche tipo repostero y bañado de una cubierta blanca de merengue. Al paladar, una golosina que desmigaja pronto y deja un rejunte de sabores dulces y espectaculares en la boca desde el primer bocado.
Su origen es casi colonial. Nació en 1851, en vísperas del Congreso General Constituyente que se celebró en Santa Fe en 1853 para dar luz a la primera Constitución Nacional.
En ese entonces, don Hermenegildo Zuviría, un inmigrante español apodado “Merengo”, daba sus primeros pasos en la panificación con la creación de unos bizcochos de masa muy fina que se podían untar con dulce o comerse por separado. Luego, empezó a manufacturarlos ya ensamblados en un local muy cerca del Cabildo santafesino y consiguió un éxito inusitado.
La historia cuenta que, mientras en la planta baja Merengo fabricaba los alfajores, en la planta alta del local los constituyentes Delfín Huergo, Juan María Gutiérrez y José Benjamín Gorostiaga daban forma a nuestra primera Constitución.
Mito o realidad, lo cierto es que una vez disuelto el Congreso General los constituyentes comenzaron a llevarse los alfajores de “Merengo” consigo a sus provincias a modo de souvenir, logrando así expandir el negocio y la receta a todo el país. Aunque siempre con el sello santafesino.
Cómo hacer un auténtico alfajor santafesino
Para celebrar esta delicia litoraleña hay opciones industrializadas y las propias de panadería. Pero además, está la posibilidad de hacerla en casa y el cocinero e influencer Matías Chavero compartió su receta infalible para hacer hasta 12 alfajores:
Ingredientes:
- Harina 0000 300 g
- Agua 50 ml
- Manteca/mantequilla 80 g
- Ron 2 cdas
- Yemas 3
Merengue:
- Azúcar impalpable 100 g
- Clara de huevo 1
- Azúcar 100 g
Procedimiento:
Para la masa, mezclar la harina con una pizca de sal. Agregar la manteca fría y con la ayuda de un corte hacer un arenado. Agregar las yemas, el ron y el agua. Mezclar los ingredientes.
Una vez que se forma la masa, amasar durante 5 minutos. Tapar con papel film y dejar reposar 30 minutos. Transcurrido ese tiempo, estirar la masa de unos 2 mm de espesor. Pinchar la superficie con un tenedor.
Luego, cortar las tapas de los alfajores con un cortante numero 7. Colocar las tapas en un placa para horno y cocinar en un horno precalentado a 200º durante 10 minutos.
Para el merengue, en una cacerola colocar el azúcar y cubrir con agua, llevar a fuego medio. Mientras tanto colocar en el bol de la batidora la clara de huevo y el azúcar impalpable. Batir. Una vez que el almíbar llega a los 118º (es cuando las burbujas tardan en explotar) volcar en forma de hilo al batido. Batir hasta que el bol este frio.
Para el armado: en una tapa colocar dulce de leche repostero, colocar otra tapa, cubrir con dulce de leche repostero, por ultimo colocar otra tapa. Bañar los alfajores con el merengue, primero cubrir los bordes y después la tapa superior e inferior. Colocar los alfajores en una rejilla, dejar secar 24 horas.
