Este viernes por la tarde se conoció que la Justicia de Santa Fe redujo a 15 años la condena de Manuel Mansilla, femicida de la adolescente embarazada Chiara Páez, frente a los 21 que había impuesto el fallo en primera instancia.
El malestar entre los familiares y conocidos de la chica de Rufino fue generalizado tras darse a conocer que el joven fue beneficiado por un cambio en las consideraciones de la Justicia santafesina, que dispuso que el crimen fue cometido mientras Mansilla era menor de edad y por lo tanto le correspondía una pena más baja.
Verónica Camargo, mamá de Chiara, fue quien informó sobre el cambio en la condena de Mansilla por medio de su cuenta de Twitter, donde publicó una foto de su hija con el siguiente texto: “Para el sistema judicial, la vida de Chiara y su bebé, sólo valen 15 años de prisión para Manuel Mansilla, quién los asesinó brutalmente. Recibir este fallo hoy me provoca mucha angustia, desilusión, ya que no tienen en cuenta para nada los derechos de Chiari”.
El repudio de diputados en 2022
La anulación de la condena de 21 años de cárcel fue gestionada por la defensa del femicida a partir del 2022. En ese momento, un grupo de diputados de la Nación presentaron un proyecto para expresar su repudio al fallo encabezados por Dina Rezinovsky (Pro).
En un texto dirigido al presidente de la Corte provincial, los legisladores reclamaban: “Señor presidente, esta decisión no hace más que mostrar el abandono que hay a las víctimas por parte no solo del sistema judicial sino del Estado como gran ausente después de 7 años de este doloroso caso”.
¿Cómo fue el femicidio de Chiara Páez?
El femicidio de Chiara ocurrió el 9 de mayo de 2015. En ese momento ella tenía 14 años y cursaba un embarazo cuyo padre era Manuel Mansilla. El joven y su familia no querían al bebé y presionaron a Chiara para abortar, a pesar de que la niña había manifestado su voluntad de seguir con la gestación.
Ese día, la joven fue al domicilio de Mansilla y nunca regresó. Según lo que se pudo reconstruir, su entonces pareja la golpeó hasta matarla y la enterró en el patio de su propia casa a sabiendas de su familia.
El hecho conmocionó a la sociedad y originó el surgimiento del movimiento “Ni una menos”. Por su muerte, se movilizaron casi medio millón de personas en todo el país exigiendo justicia.
