Detallan cuánto pagan las bandas para balear un blanco y el monto que exigen por "protección"

Las balaceras se convirtieron en un clásico de Rosario, al punto que se registran unas 500 al año. Se trata de una manera muy simple que tienen las gavillas para hacerse de dinero.

Ataques a Tribunales Provinciales y el Centro de Justicia Penal
Ataques a Tribunales Provinciales y el Centro de Justicia Penal

Como Newell's y Central, como el Monumento a la Bandera, como el Carlito, las balaceras ya parecen haberse convertido en un clásico de Rosario. Al punto tal de que se producen unas 500 al año, con días de dos y hasta tres ataques. Detrás de ellas están bandas delictivas que con una simple organización y el pago de una remuneración, contratan a "tiratiros" que se encargan de ejecutarlas.

Casas particulares, domicilios de organizaciones civiles o sindicales, negocios de todo tipo de tamaño y rubro, e instituciones judiciales como el Centro de Justicia Penal son algunos de los tantos lugares elegidos para tirotear.

Balacera contra la sede de Fiscalía. (Archivo)
Balacera contra la sede de Fiscalía. (Archivo)

La motivación puede ser de lo más diversa. En el palacio judicial, lo que buscaban los sicarios era presionar para lograr condiciones favorables de detención de determinados internos. En el City Center y en el Sindicato de Peones de Taxis el objetivo era amedrentar y lograr la venta de una "protección" para evitar que el hecho se repita, lo que constituye lisa y llanamente una extorsión.

Con una logística simple, que consiste en ubicar la mano de obra, conseguir las armas y un celular para mantenerse en contacto, y pasar la dirección y el día y horario, la banda concreta la operación. A cambio los tiradores suelen recibir entre $2.000 y $3.000, según precisó a Radio 2 el fiscal Matías Edery, que investiga muchos de estos ataques.

Ataque al Concejo
Ataque al Concejo

El pedido de los delincuentes por "protección" va de los $30 mil hasta los u$s5 mil o u$s10 mil mensuales, dependiente del rubro y del poder adquisitivo del blanco. Se trata de una forma sencilla que utilizan las gavillas rosarinas para mantenerse y ampliar su estructura para seguir cometiendo delitos.