Desde muy temprano junto al playón del polideportivo de Malargüe comenzó el movimiento que pocas horas después se transformaría en febril, por la cantidad de gente que se dio cita y por las distintas actividades que marcaban el cierre de la 31° Edición de la Fiesta Nacional del Chivo.
Los primeros en llegar fueron los participantes del concurso de chivo asado que se realizó junto a una hilera de seis hornos de barro identificados con el nombre de otras tantas familias de crianceros. Mientras se caldeaban los hornos las manos expertas de adultos, jóvenes y niños preparaban los chivos según la usanza de cada familia y lugar. Así participaron del paraje La Junta, la familia Baigorria, del Alambrado, los Sazo, Los Molles los Martínez, de Poti Malal, la familia Jaque y de Buta Bellón la familia Avila. También participaron de Las Loicas, los Hernández.
A las 11.30 debían abrir los hornos y un jurado “experto en comer chivos” daría su veredicto. Uno de estos era nada menos que el propio intendente, Jorge Vergara Martínez, hombre identificado con los crianceros del departamento. Se consagraron ganadores los integrantes de la familia Martínez, de Los Molles como cocineros del chivo más rico.
Las diferencias, lo admitió el mismo jurado, fueron ínfimas entre todos los participantes y la elección fue muy difícil porque las sutilezas fueron muchas al momento de prepararlos. La cantidad de sal, pimienta y limón u otro aliño y hasta la forma de criar al animal a asar, jugaron como importantes.