Los obispos de Jujuy y Humahuaca oficiaron una “misa por la paz y la justicia”

En su homilía los prelados reflexionaron en torno “a los hechos ocurridos en Jujuy y en la hermana provincia del Chaco”.

La Iglesia católica oró en Jujuy por "justicia y paz" y también por "pan, salario justo y trabajo digno".
La Iglesia católica oró en Jujuy por "justicia y paz" y también por "pan, salario justo y trabajo digno". Foto: Vía Jujuy

“Dejando atrás el tendal de piedras, ahora hay que sentarse pacientemente a construir la amistad social y la fraternidad entre todos nosotros”, expresó el obispo de Jujuy Daniel Fernández en la homilía de la misa que concelebró con su par de la prelatura de Humahuaca, Félix Paredes Cruz, y el párroco Germán Maccagno en el santuario de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, en el departamento Palpalá.

Durante el oficio, que tuvo lugar el domingo último, pidieron “por el restablecimiento de la paz y el imperio de la justicia después de los difíciles momentos que nos tocó vivir en los últimos días”, a los políticos requirieron que “pongan las bases, mediante acuerdos y políticas adecuadas, de un proyecto de desarrollo inclusivo” y reclamaron “pan para los pobres, salario justo y trabajo digno para los que no lo tienen”.

Los bispos de Jujuy, César Daniel Fernández, y de Humahuaca, Félix Paredes Cruz, pronunciando sus respectivos mensajes en la misa del domingo último.
Los bispos de Jujuy, César Daniel Fernández, y de Humahuaca, Félix Paredes Cruz, pronunciando sus respectivos mensajes en la misa del domingo último. Foto: Vía Jujuy

“Atentos a los hechos ocurridos en Jujuy y en la hermana provincia del Chaco, los obispos de la Argentina convocaron a todos los creyentes a que nos unamos fervientemente en la oración”, refirió monseñor Fernández en la homilía, haciendo alusión también a la desaparición de Cecilia Strzyzowski en Chaco, informó la agencia AICA.

“NOS VEMOS DIVIDIDOS Y ENFRENTADOS”

“Deseamos que esta semana que comienza se puedan serenar los ánimos de todos nosotros, para emprender el camino del reencuentro entre hermanos, porque nos hemos descubierto divididos y enfrentados, incapaces de reconocernos como miembros todos de un mismo pueblo”, advirtió, y desde esa perspectiva planteó: “Dejando atrás el tendal de piedras, ahora hay que sentarse pacientemente a construir la amistad social y la fraternidad entre todos nosotros. Hay que -como dice Francisco- acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse y buscar puntos de contacto”.

“Si bien la primera responsabilidad en esta tarea la tienen los gobernantes, en este empeño debemos estar todos alineados. Todos, viendo cómo construimos esos puentes que nos acercan y no dinamitando los caminos que nos pueden acercar unos a otros”, dijo Fernández, parafraseando la encíclica “Fratelli tutti” y un pronunciamiento anterior.

También aseveró que “la historia nos pone ante un desafío único: de este momento podemos salir fortalecidos o podemos ahondar las diferencias y las exclusiones”.

“Los argentinos deseamos vivir en paz y esperamos de quienes nos gobiernan y representan que pongan las bases, mediante acuerdos y políticas adecuadas, de un proyecto de desarrollo inclusivo que nos devuelva la esperanza de llegar a ser aquella gran nación que soñaron nuestros próceres”, enfatizó el obispo jujeño.

“El ejercicio de la buena política, la de grandes miras y horizontes, es la forma más elevada de la caridad y del amor. Ahora es el momento de jugarnos por remover todo aquello que nos impide encontrarnos y escucharnos para buscar juntos el bien común”, propuso en su mensaje a los fieles.

Invocó luego la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya diciéndole que “ponemos en tu corazón la necesidad del pan para la mesa de los pobres, la necesidad del salario justo y del trabajo digno para los que no lo tienen, la necesidad de amistad y fraternidad que nos está faltando entre nosotros, la necesidad del respeto a los derechos de quienes se sienten violentados, la necesidad del respeto y el cuidado de los legítimos intereses de los pueblos originarios, y sumarnos a su amor tan grande por el cuidado de nuestra madre tierra”.

De igual manera el prelado pidió a la Santa Patrona de los jujeños “que nuestros niños no crezcan en una sociedad que se enfrenta entre gritos y desencuentros” y en cambio “que vayan aprendiendo de nosotros, sus mayores, el arte del diálogo, del cuidar de los más débiles y el paciente y artesanal trabajo por la paz”, concluyó el monseñor Fernández.