La salud del papa Francisco no goza de sus mejores momentos, y es por ello que los médicos que lo atienden le ordenaron 10 días de absoluto reposo y además una infiltración de su rodilla derecha.
Y es que Jorge Bergoglio padece una dolorosa artrosis que lo obliga a suspender varias de sus citas programadas, compuesta de una cargada agenda de viajes.
Por el momento, los médicos descartan la posibilidad de una intervención quirúrgica, aunque sí ven necesaria una “robusta infiltración” para descomprimir en parte los inflamados ligamentos que son los causantes de su dolor.
Es por ello que para el domingo 8 de mayo no estará presidiendo la ceremonia de ordenación sacerdotal de los nuevos curas propios de la diócesis de Roma.
El dolor del papa Francisco
“Tengo un problema. Esta pierna no funciona, el médico me ha dicho que no debo caminar. A mí me gusta, pero debo obedecerle. Por esto les debo pedir el sacrificio de subir las escaleras y yo los saludo aquí, sentado. Es una humillación, pero la ofrezco a vuestro país”, manifestó el Papa.
Y es que el Papa se disculpó por no recibir a quienes se acercaban hasta él de pie. Estas palabras tuvieron lugar en la última ceremonia pública que realizó.
Ya hace más de un año que el sumo pontífice padece dolores en su rodilla que se han visto agravados.
Francesco Bove, especialista ortopédico, considera que la artrosis lo afecta al Papa desde una intervención quirúrgica que sufrió en Buenos Aires en 1994, cuando se le instaló una prótesis en la cadera derecha.
“La prótesis, con un cargo desbalanceado sobre la articulación, es en parte responsable, pero también la costumbre de los sacerdotes y las monjas de rezar de rodillas puede haber empeorado su caso”, explica el especialista.
Por el momento, su agenda de viajes está suspendida y si bien no se habían confirmado, el Papa tendría previstos viajes a partir de junio al Líbano, Jerusalén, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Canadá y Kazajistán.