Ex mujeres de un policía lo denuncian por violencia de género

El marido de una de ellas dijo que lo denunciaron en la Justicia, en el Tribunal de Conducta y en Jefatura, pero que el policía sigue activo. "No aguardemos a que ocurra una tragedia para actuar", pide. 

El denunciante.
El denunciante.

Un policía de Córdoba fue denunciado por dos ex parejas en una causa que fue unificada por el Juzgado de Niñez, Adolescencia y Violencia Familiar de Primera Nominación.

El marido de una de ellas se presentó en la Redacción de Día a Día y dijo que, pese a la denuncia en la Justicia, en el Tribunal de Conducta y en la Jefatura, el policía sigue "trabajando como si nada".

Mario Ardiles narró, según su versión, los calvarios que sufren desde hace tiempo con su pareja, presuntamente amenazada y hostigada por el uniformado.

La denuncia de la segunda mujer fue constatada por este diario al acceder al expediente, ya que contiene ambos casos.

El policía denunciado, Mauricio Roberto Escriva, trabaja como médico en el Policlínico Policial de la ciudad de Córdoba.

Según el expediente judicial, el 22 de enero de 2015 una mujer de 37 años, M.V.C., denunció que Escriva, con quien tiene dos hijos, la esperó “ofuscado” en la puerta de la casa de ella, en barrio Cofico, cuando estaban en trámite de divorcio.

Al verlo así, ella "decidió no ingresar directamente a su domicilio, sino seguir de largo en el automóvil y dar una vuelta a la manzana (…) y se percató de que Escriva la seguía a bordo de su auto", consta en el expediente.

En cierto momento "Escriva se le adelantó y le cruzó el automóvil para evitar que la dicente continúe circulando, por lo que ésta tuvo que detener la marcha, y entonces Escriva se le abalanzó arriba del capó del vehículo, mientras le decía 'dale, pisame, dale'. Que luego se bajó del capó y le abrió la puerta a la dicente, que la quería agarrar, ante lo que ella se resistió y comenzó a hacer marcha atrás con el auto, sin llegar a lastimarla Escriva, pero la insultaba y en un momento le dijo 'te voy a matar'".

A raíz de la denuncia, el juez de feria prohibió el acercamiento recíproco de la ex pareja.

Lo curioso es que cinco días después, el 27 de enero, Escriva se presentó en la Justicia y denunció a su ex mujer por el mismo episodio. De acuerdo con su versión, había quedado "de palabra" en buscar a sus hijos, pero M.C.V. al verlo aceleró el auto. Ante esto, él la siguió y mientras le pedía explicaciones de por qué quería huir, ella arrancó y casi lo atropella. "Cuando hizo ese movimiento con el auto me raspó el dedo del pie porque yo estaba con unas crocs, también la rodilla derecha y la mano derecha", aseveró. Escriva también solicitó medidas de restricción de acercamiento, las cuales ya existían por la denuncia previa de la mujer.

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El 10 de abril de 2015, M.V.C. dejó constancia en la Justicia de que "Escriva nunca respetó las medidas de prohibición y restricción dispuestas". Se lee que "la dicente le tiene miedo al Sr. Escriva", y que estaba tramitando "el régimen de visitas en el Fuero de Familia". A raíz de esto, se prorrogó la medida de restricción.

Historia violenta. La cosa se pone peor el 28 de setiembre de 2016. En la causa se lee que M.V.C. se comunicó telefónicamente "para denunciar a su ex esposo, el Sr. Escriva Mauricio Roberto, por ejercer violencia psicológica y física hacia ella. La denunciante refiere que el agresor es policía. La persigue constantemente y la agrede en la vía pública. Manifiesta que el Sr. Escriva intentó bajarla del auto tironeándola de los brazos, dejándole los mismos marcados".

"También refiere que alguna persona tiene que esperar en la entrada de la casa por temor a que el agresor se le acerque y la agreda. Recibe amenazas vía telefónica y mensajes de texto. 'Te voy a matar', 'sos de lo peor' (…). Por lo expresado arriba la denunciante solicita la restricción del contacto del agresor".

En la denuncia se observa que los medios empleados por el presunto agresor son “tironeos, persecución, hostigamiento, control, amenazas”.

Un día después, la Subsecretaría de Lucha contra la Violencia de Género y Familiar ordenó una restricción recíproca por seis meses, tratamiento para ambos y que un psicólogo y un trabajador social practiquen "un diagnóstico de situación" para evaluar "daños físicos o psíquicos que hubiera sufrido la víctima".

"Está aterrada". La actual pareja de M.V.C., Mario Ardiles, denunció en este diario que "todavía hoy" espera a su mujer en la puerta de su casa ya que "ella está aterrada".

Siempre según su versión, los hostigamientos continuaron y el propio Ardiles denunció a Escriva en el Tribunal de Conducta Policial, pero no le prestaron atención. "Traté incluso de hablar con el jefe de Policía, pero no hubo forma", se ofendió. Finalmente, según él, lo recibió una autoridad y le dijo que de eso debía encargarse la Justicia.

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"Es una falta gravísima que alguien con semejantes denuncias siga usando uniforme", opinó. "Si separan a un policía por matar a un puma,  ¿cómo no van a separar a un policía por violencia de género? ¿Siempre tenemos que aguardar a que ocurra una tragedia para actuar?", se preguntó.

"No se puede vivir así. Nuestra intención, al denunciar esto, es que no haya otra víctima de femicidio. ¿Cómo es posible que con tantas denuncias ese hombre siga trabajando normalmente? Queremos que nos deje en paz", expresó Ardiles.

La otra denunciante. Repasando el expediente surge una denuncia de otra ex pareja de Escriva. Se trata de una mujer que el 12 de mayo de 2106 se presentó en la Unidad Judicial de Violencia Familiar y declaró que se separó "luego de un año y medio de convivencia" dado que Escriva "era una persona muy agresiva, la insultaba permanentemente".

Consta que un día antes Escriva llegó a la vivienda a buscar pertenencias y durante una discusión "éste se puso se furioso y la tomó del brazo derecho fuertemente y se lo dobló hacia arriba". La pelea siguió y el denunciado "se acercó a la dicente y la tomó del cuello con una mano, lo cual le produjo mucho dolor". "Ella llamó al móvil policial, pero cuando arribó al lugar no lo encontró ya que éste, cuando escuchó que llamaron a la Policía, se fue corriendo del lugar".

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"Quiere agregar la declarante que el sindicado es policía con jerarquía de cabo primero y presta servicio en el Hospital Policlínico Policial como médico". También declaró en aquella oportunidad que los vecinos lo vieron a Escriva "rondar el barrio en horas de la noche". Ante esto, la mujer solicitó "patrullaje intensivo en su domicilio". También se dispuso una orden de restricción mutua por tres meses.

Esta denuncia se acumuló a las anteriores de M.V.C., ya que se trata de dos mujeres denunciando al mismo hombre.