La energía del amor tiene variadas formas y, para nombrar sus cualidades, se usan diferentes palabras. Algunas de esas facetas son aparentemente sutiles, pero muy poderosas, como la amabilidad, la ternura y la compasión.
Para la neurociencia afectiva, que estudia los beneficios de la práctica de esos aspectos, la empatía es la capacidad de sentir lo que sienten los demás, mientras que la bondad es un estadio superior en el que se tiene el compromiso y las herramientas necesarias para aliviar el sufrimiento. Además, la disciplina científica asegura que la amabilidad y la ternura se pueden entrenar a cualquier edad.
Cultivar la amabilidad, entonces, es un trabajo espiritual que abre las puertas a la verdadera plenitud y brinda un profundo sentido de trascendencia. Al abrir el corazón a los otros, de manera sencilla y desinteresada, se produce un intercambio que redunda en empatía y compasión.
"Conocer, e incluso sentirnos identificados con las emociones y los pensamientos de los demás, nos permite tomar contacto con su esencia. Así, transformamos nuestros vínculos internos y externos para comenzar un recorrido en conciencia más auténtico, humano y espiritual", explica la astróloga e instructora de meditación Monika Correia Nobre.
Cualquiera que desee crecer interiormente, intentará en algún momento aumentar su bondad mental, ya que mantener un pensamiento correcto y bondadoso es la llave para ampliar el estado de conciencia. Según detalla la directora de Astroflor, la amabilidad se puede entrenar.
Cómo entrenar
Hay muchas maneras de entrenar las diferentes formas del amor. Se puede practicar en cualquier momento del día y el resultado es fantástico.
» SONREÍR
Es la forma más simple de entrenar la amabilidad. La sonrisa es una manera honesta de expresarle a otra persona la disposición para vincular, incluir o aceptar.
Es, además, una terapia de respuesta inmunológica alta. El cerebro no registra si la sonrisa es real o falsa; simplemente reacciona frente al estímulo que le da el movimiento de los músculos del rostro. Por otra parte, la sonrisa se contagia de la misma manera que un bostezo.
» ABRAZAR
Cuando el contacto físico es posible, no hay manera más efectiva que un simple toque, caricia o un abrazo para cambiar el estado anímico de una persona. Se necesitan entre cuatro y ocho abrazos al día para lograr un equilibrio emocional. Abrazar aumenta la confianza y la seguridad, por eso reduce el temor o la preocupación. Un abrazo sincero y desinteresado mejora el estado anímico, aumenta la tranquilidad y permite sentir más felicidad.
» ACOMPAÑAR
Otra manera de practicar la amabilidad es brindando tiempo de calidad, acompañando al otro sin presiones ni apuros, simplemente disfrutando del encuentro en paz. Brindar compañía a alguien es hacerle saber que su existencia es valiosa y significa mucho.
» ESCUCHAR
En ese compartir el tiempo, se puede cultivar más profundamente la amabilidad escuchando desde el corazón. Saber escuchar gentilmente sin interrumpir y sin prejuzgar, es profundamente sanador para todos.
» AGRADECER
El agradecimiento es la forma más positiva de dar valor a las cosas que son muy caras, ya que no se pueden comprar con dinero. Es una manera poderosa de honrar al otro y a la vida. Agradecer sinceramente pone todo en orden y permite tomar justamente lo que más se necesita.
Bienestar
* Una mente en
produce un bienestar global.
* Para llegar a una mente en calma, se necesitan apenas un par de horas de
.
* La amabilidad y la ternura incrementan el
en diferentes áreas de la vida.
* En un estudio realizado con niños y adolescentes, se evidenciaron varios cambios cerebrales cuando se les enseñó a ser más
y tiernos.
* La capacidad para ser compasivos se puede
.
* La
es el resultado de un profundo trabajo interior.