El 31 de agosto pasado, un joven de 18 años fue secuestrado y llevado por la fuerza hasta el balneario de Río Tercero, donde recibió una brutal golpiza. Los atacantes luego lo dejaron tirado, ensangrentado y desvanecido, en barrio Monte Grande de esa ciudad cordobesa.
El episodio se conoció porque los agresores filmaron el momento de la brutal golpiza y los videos comenzaron a circular por las redes sociales. Con el correr de los días tomaron repercusión y el fiscal de Río Tercero Alejandro Caballo ordenó los arrestos de una mujer y cinco hombres, "todos con antecedentes por robos calificados, algunos exconvictos de Córdoba", según explicó a Día a Día.
Una versión indica que el joven de 18 años, que cuenta con antecedentes penales, habría sido secuestrado por su propia banda, que lo torturó para que dijera dónde estaba el botín de un robo.
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"¡Yo no fui, yo no fui!", se lo escucha gritar al joven, mientras los agresores ríen y lo golpean con dureza. "Hasta ahora no se pudo determinar que la víctima haya sido parte de la misma banda, pero sí que tiene antecedentes penales. De todas maneras, por más que se corrobore un 'ajuste de cuentas' entre ellos, es un delito y debe investigarse", señaló el fiscal Carballo.
La víctima (los nombres se reservan) estuvo un tiempo internada y se recupera. De acuerdo con las primeras reconstrucciones, además de ser torturada por un presunto botín robado días antes, fue trasladada en el baúl de un auto que luego fue retenido por la Justicia.
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De los seis sospechosos, cinco fueron arrestados y el fiscal los imputó por presunto "robo" y "secuestro coactivo". Este último delito es competencia de la Justicia Federal, pero finalmente seguirá en la Fiscalía de Carballo.
Fuentes policiales indicaron que los detenidos tienen antecedentes y habrían participado de robos domiciliarios en Río Tercero y la región. "Son todos 'pesados'", apuntaron.
Acá viene lo curioso: el único prófugo, identificado por la Justicia como Sebastián Loza, subió un video a su Facebook resaltando su inocencia y dando su versión de los hechos.
En un extenso descargo de 33 minutos, Loza asevera entre otras cosas que se tuvo que ir "muy lejos" porque la Policía y el fiscal se "emperraron (sic)" con él y teme por su vida.
Sobre la acusación de secuestros, sostuvo: "Me inventaron una causa muy grande cuando en realidad no lo es, yo reconozco que le pegamos un par de cachetadas por lo que hizo pero nunca lo cargamos en un auto ni lo llevamos al Balneario, que me traigan pruebas sobre eso; lo niego hasta en un careo".
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El fiscal Carballo le confirmó a este diario que Loza es el hombre con pedido de captura. Lo curioso es que, pese a estar prófugo, tiene una intensa actividad en las redes sociales, donde sube fotos, videos y defiende su inocencia.
Los medios de Río Tercero, como
, ya se hicieron eco de la insólita noticia.
