El niño de 7 años que fue herido de un balazo en una pierna al quedar el sábado pasado en medio de un forcejeo entre un sargento del Ejército Argentino y dos “motochorros” que entraron a robar a un supermercado chino del partido de General Rodríguez, aseguró a su padre que las heridas le dolían mucho y que se iba a morir.
Mario, el padre del chico, aseguró que, tras ser herido, su hijo le dijo “pá, me voy a morir, me duele mucho” y que recién en ese momento se dio cuenta que había recibido un balazo.
Además, contó que su hijo continuaba internado “estable” y “lúcido” luego de ser sometido a una operación en el Hospital Militar porteño, en la cual le extrajeron dos de las esquirlas recibidas en el hecho.
“De los seis fragmentos solo pudieron extraer dos y los otros cuatro prefieren dejarlos por el tema del riesgo de hacer más daño de lo que las esquirlas ya hicieron. Hay una que está en una posición delicada, que molesta una articulación del tobillo del nene, está incrustada en un ligamento y lo querían extraer pero está agarrada y encima le provocó una fisura”, precisó.
Respecto del hecho que ocurrió el pasado sábado en un supermercado de General Rodríguez y que quedó filmado en las cámaras de seguridad, el hombre relató que no alcanzó a ver cómo ocurrió porque se hallaba en el fondo del comercio junto a su hijo.
“No supe nada de la situación, solo vi el forcejeo, y cuando vi el arma en medio de los dos intenté a escapar con mi hijo. Lo incité a correr por el otro lado, pero un paso mío avanza dos metros y él avanza cincuenta centímetros”, expresó.
Mario añadió que hubo “dos detonaciones mientras iniciamos el primer paso para escapar y evidentemente una fue hacia el piso y habrá levantado las esquirlas de la bala que le agarraron las zonas de la tibia y peroné”.
“Lo quería esconder en algún lado porque me vi venir una situación terrible, cuando lo agarro para seguir corriendo me dice ‘no pá me voy a morir, me pegaron un tiro, me voy a morir, me duele mucho’, yo pensaba que estaba asustado y le veo las dos piernas sangrando de la rodilla para abajo”, dijo el padre del niño.
Tras el hecho, el hombre lo alzó en brazos y no vio si seguían robando porque su “desesperación” era que su hijo “no se desangre”.
“Pasé muy rápido por mi casa a buscar a mi mujer, cuando lo suturan veo seis orificios y me quería morir, llegamos a tiempo, nos ayudaron en el hospital de General Rodríguez”, destacó.
El niño fue derivado al Hospital Militar, en el barrio de Palermo, donde el lunes a la noche despertó de la anestesia y, según su padre, estaba “contento”.
Mario recordó que hace siete u ocho años su hijo mayor fue baleado por delincuentes y estuvo un mes internado.
“Tenía 17 años y fue baleado en Morón por delincuentes menores, un mes sufriendo en este mismo hospital y me lo salvaron en el hospital de Morón porque había un médico japonés que estaba de visita que se hizo cargo de la operación de duodeno, de páncreas, de intestino, le salvó la vida”, recordó.
“Cuando lo alcé a mi hijo menor era tenerlo a mi hijo de 17 años”, concluyó su padre en la puerta del hospital.
Por otra parte, los dos delincuentes se negaron a declarar ante la fiscal Alejandra Rodríguez, a cargo de la UFI 9 de General Rodríguez, por lo que continuarán detenidos, informó un vocero judicial.