El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien cumple una condena por corrupción, abandonó la prisión el sábado para asistir al funeral de su nieto de siete años, ocasión que aprovechó para reiterar su inocencia ante dirigentes políticos y familiares.
Lula, quien purga una condena de 12 años por corrupción y lavado de dinero, salió a las 7:00 de la mañana de la prisión en Curitiba, capital del estado de Paraná. Luego voló a Sao Paulo y de allí se trasladó en helicóptero a Sao Bernardo do Campo, donde se llevó a cabo el funeral.
Antes de regresar a la cárcel, el expresidente solo pudo estar dos horas con el cuerpo de su nieto. Quien falleció de meningitis el viernes. Arthur era hijo de Sandro Luis Lula da Silva, uno de los hijos del expresidente.
Una nota publicada en su sitio web informó que el exmandatario habló en el funeral.
"El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo en el funeral de su nieto que cuando se encuentren en el cielo, él le llevará la prueba de su inocencia para compensar todo el acoso que sufrió Arthur en la escuela por tener a su abuelo en prisión", se lee en la nota. Da Silva agregó que demostraría que el fiscal y el juez que lo enviaron a la cárcel habían mentido.
"Lula estaba muy triste, con mucho dolor, destrozado por dentro como cualquier ser humano que tiene que enterrar a un niño que ha muerto de manera trágica", comentó Joao Pedro Stédile, coordinador del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, a The Associated Press. "Pero políticamente es impresionante... nos dijo: `Sigan fuertes, voy a salir, soy inocente'".